L D (EFE) El presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, y la vicepresidenta, María Teresa Fernández de la Vega, asistieron a la votación acompañados por nueve ministros.
Fue una sesión maratoniana, y no por la duración del debate para aprobar el nuevo Estatuto balear, sino por la jornada en el Congreso, que antes debió dar su visto a los Presupuestos Generales del Estado para el año que viene o a la Ley de Igualdad.
Por ello, el comienzo del debate se demoró hasta pasadas las cuatro y media de la tarde, mucho tiempo después de la llegada a la Cámara Baja de una delegación del gobierno y del Parlamento balear.
Encabezados por la vicepresidenta del Ejecutivo insular, Rosa Estarás, y por el presidente de la Cámara autonómica, Pere Rotger, así como por el líder del PSIB-PSOE, Francesc Antich, los diputados y senadores baleares posaron ante los fotógrafos en la puerta principal del Congreso junto al presidente de la Cámara, Manuel Marín, a mediodía.
Horas más tarde, y ante la mirada de esta delegación, que ocupaba la tribuna de invitados, comenzó el debate con la intervención de la vicepresidenta del Gobierno, María Teresa Fernández de la Vega, para quien el nuevo Estatuto supone "encarar el cambio con el optimismo" que a las islas "ha dado la experiencia autonómica".
La vicepresidenta repasó los que considera los logros más relevantes del nuevo Estatuto balear, como el título de derechos y deberes o la regulación de los Consejos Insulares, "la gran novedad" de la reforma en su opinión.
Sin embargo, hizo hincapié en explicar el sistema de financiación que recoge el Estatuto al señalar que prevalece una "administración más solidaria de la inversión del Estado durante los próximos siete años".
Esta es también la gran aportación del Estatuto a juicio de Antich, quien en su intervención aseguró que los nuevos sistemas de financiación y de inversiones estatales permitirán a los ciudadanos de las islas "afrontar los retos necesarios para mejorar la economía balear".
Sin embargo, la diputada popular María Salom recalcó que el texto balear marca un "camino distinto al de las reformas que se han promovido" hasta la fecha.
La votación puso de manifiesto las discrepancias de ERC e IU-ICV con el nuevo Estatuto, por lo que se abstuvieron.
El portavoz del primero de estos grupos, Agustí Cerdá, denunció que en el preámbulo no haya mención alguna a la "realidad nacional compartida" con la Comunidad Valenciana y Cataluña, "que es cada día una realidad más viva" en las islas.
Para la diputada de IU-ICV Isaura Navarro, la reforma del Estatuto "se queda a mitad de camino", ya que el pacto PP-PSOE supone a su juicio "un claro freno" en materia de derechos sociales.
Pese a estas diferencias, la reforma del Estatuto, que ha conseguido que de los más de 70 artículos del vigente se pase a los 140 del nuevo, salió adelante y se transforma en la cuarta propuesta estatutaria que aprueba el Congreso esta legislatura tras los proyectos valenciano, catalán y andaluz.
Terminado el debate, en los pasillos del Congreso, la ministra de Cultura, Carmen Calvo, destacó a Efe "el gran respaldo" del Congreso, mientras que su homóloga de Educación y Ciencia, Mercedes Cabrera, dio su "enhorabuena a todos los de las islas" por el "gran acuerdo político" alcanzado.
El titular de Administraciones Públicas, Jordi Sevilla, dijo que la reforma balear es "un paso más en esta España plural".
También felicitó a los partidos baleares la ministra de Medio Ambiente, Cristina Narbona, por cuanto demuestran que "España no se está rompiendo".
Asimismo, el portavoz del PSOE en el Congreso, Diego López Garrido, coincidió con Narbona en que "se ha roto lo de España se rompe".
Su homólogo en el PP, Eduardo Zaplana, señaló que Baleares "ahora tiene un Estatuto que ningún otro en España le supera".
Falta aún el trámite en el Senado para que el nuevo Estatuto balear regrese a las islas y entre en vigor, lo que previsiblemente tendrá lugar antes de finales de marzo de 2007.
Fue una sesión maratoniana, y no por la duración del debate para aprobar el nuevo Estatuto balear, sino por la jornada en el Congreso, que antes debió dar su visto a los Presupuestos Generales del Estado para el año que viene o a la Ley de Igualdad.
Por ello, el comienzo del debate se demoró hasta pasadas las cuatro y media de la tarde, mucho tiempo después de la llegada a la Cámara Baja de una delegación del gobierno y del Parlamento balear.
Encabezados por la vicepresidenta del Ejecutivo insular, Rosa Estarás, y por el presidente de la Cámara autonómica, Pere Rotger, así como por el líder del PSIB-PSOE, Francesc Antich, los diputados y senadores baleares posaron ante los fotógrafos en la puerta principal del Congreso junto al presidente de la Cámara, Manuel Marín, a mediodía.
Horas más tarde, y ante la mirada de esta delegación, que ocupaba la tribuna de invitados, comenzó el debate con la intervención de la vicepresidenta del Gobierno, María Teresa Fernández de la Vega, para quien el nuevo Estatuto supone "encarar el cambio con el optimismo" que a las islas "ha dado la experiencia autonómica".
La vicepresidenta repasó los que considera los logros más relevantes del nuevo Estatuto balear, como el título de derechos y deberes o la regulación de los Consejos Insulares, "la gran novedad" de la reforma en su opinión.
Sin embargo, hizo hincapié en explicar el sistema de financiación que recoge el Estatuto al señalar que prevalece una "administración más solidaria de la inversión del Estado durante los próximos siete años".
Esta es también la gran aportación del Estatuto a juicio de Antich, quien en su intervención aseguró que los nuevos sistemas de financiación y de inversiones estatales permitirán a los ciudadanos de las islas "afrontar los retos necesarios para mejorar la economía balear".
Sin embargo, la diputada popular María Salom recalcó que el texto balear marca un "camino distinto al de las reformas que se han promovido" hasta la fecha.
La votación puso de manifiesto las discrepancias de ERC e IU-ICV con el nuevo Estatuto, por lo que se abstuvieron.
El portavoz del primero de estos grupos, Agustí Cerdá, denunció que en el preámbulo no haya mención alguna a la "realidad nacional compartida" con la Comunidad Valenciana y Cataluña, "que es cada día una realidad más viva" en las islas.
Para la diputada de IU-ICV Isaura Navarro, la reforma del Estatuto "se queda a mitad de camino", ya que el pacto PP-PSOE supone a su juicio "un claro freno" en materia de derechos sociales.
Pese a estas diferencias, la reforma del Estatuto, que ha conseguido que de los más de 70 artículos del vigente se pase a los 140 del nuevo, salió adelante y se transforma en la cuarta propuesta estatutaria que aprueba el Congreso esta legislatura tras los proyectos valenciano, catalán y andaluz.
Terminado el debate, en los pasillos del Congreso, la ministra de Cultura, Carmen Calvo, destacó a Efe "el gran respaldo" del Congreso, mientras que su homóloga de Educación y Ciencia, Mercedes Cabrera, dio su "enhorabuena a todos los de las islas" por el "gran acuerdo político" alcanzado.
El titular de Administraciones Públicas, Jordi Sevilla, dijo que la reforma balear es "un paso más en esta España plural".
También felicitó a los partidos baleares la ministra de Medio Ambiente, Cristina Narbona, por cuanto demuestran que "España no se está rompiendo".
Asimismo, el portavoz del PSOE en el Congreso, Diego López Garrido, coincidió con Narbona en que "se ha roto lo de España se rompe".
Su homólogo en el PP, Eduardo Zaplana, señaló que Baleares "ahora tiene un Estatuto que ningún otro en España le supera".
Falta aún el trámite en el Senado para que el nuevo Estatuto balear regrese a las islas y entre en vigor, lo que previsiblemente tendrá lugar antes de finales de marzo de 2007.