El juez que instruye la causa imputa al conductor dos delitos de homicidio por imprudencia, otro de conducción temeraria y un tercero de omisión del deber de socorro, ya que el médico forense ha determinado que uno de los dos fallecidos no murió en el acto, por lo que cabe la posibilidad que siguiera con vida cuando los servicios de socorro llegaron al lugar del accidente.
Aunque el accidente se produjo el pasado viernes a las 22.30 en el término municipal de Camargo, sus consecuencias no se descubrieron hasta la mañana siguiente, porque el conductor y su acompañante, que resultó herido grave, declararon en reiteradas ocasiones a los guardias civiles y a los bomberos que no viajaba nadie más con ellos en el coche. El vehículo se salió de la vía, estrellándose contra un muro y cayendo en la zona de marisma que se encuentra junto a la vía.
El sábado, operarios del servicio de carreteras encargados de la retirada del coche encontraron los cadáveres de los dos fallecidos, José Luis M.Q, de 19 años y vecino de Astillero, y Fernando A.C., de 26, vecino de Santander, que según las investigaciones salieron despedidos del coche al no llevar puesto el cinturón de seguridad. Según la Guardia Civil, la principal causa del siniestro, unida al estado de embriaguez del conductor, fue el exceso de velocidad.
El abogado de Adrián G.B. explicó a Efe que su cliente "no es que haya dicho que no llevaba a nadie, es que no recuerda absolutamente nada"."Y debe de ser así, porque después del estado en el que se encontraba como consecuencia del golpe que había recibido es bastante normal que estuviera en esa situación", aseguro a los periodistas el letrado Antonio Díaz.
La tasa de alcoholemia, que duplicaba lo permitido, era "bastante normal" para su abogado
Según su defensor, Adrián G.B. ha contado al juez instructor que se acuerda de lo sucedido antes del siniestro, "pero no de lo que había ocurrido momentos antes ni de lo que pasó después". El abogado también alegó que la tasa de alcoholemia que dio su cliente, de 0,49, que casi dobla el máximo permitido, "no es excesivamente alta", sino "bastante normal en estos casos".
"Si no hubiera habido accidente, ni siquiera hubiera pasado por el juzgado, habría tenido una sanción administrativa", añadió.