LD (EFE) Gerald Rudolph Ford fue nombrado 38 presidente de EEUU el mismo día en que renunció Richard Nixon, el nueve de agosto de 1974. "Nuestra larga pesadilla nacional ha terminado", declaró entonces. Apenas un mes después decretó el perdón "absoluto" para Nixon, lo que evitó que el ex presidente fuese juzgado por ese caso de espionaje político del Comité Nacional Demócrata.
La necesidad de evitar mayores daños a las instituciones democráticas fue el argumento esgrimido por Ford, que tituló su autobiografía, publicada en 1979, como "La hora de cicatrizar". Y, a las acusaciones de que hubiera pactado con Nixon el perdón, respondía que la humillación de esa renuncia era, para el ex presidente, "el equivalente a cumplir condena en la cárcel".
Leslie Lynch King, verdadero nombre de Gerald Ford, nació el catorce de julio de 1913 en Omaha (Nebraska), pero apenas dos semanas después se trasladó a Grand Rapids (Michigan) con su madre, que huyó de un desgraciado matrimonio. Estudió Derecho, estuvo a punto de morir en la Segunda Guerra Mundial -sirvió en la Marina- y se dedicó a la política. Fue miembro del Congreso desde 1949, para el que fue reelegido en doce ocasiones, y en 1963 fue nombrado por Lyndon Johnson para la Comisión Warren que investigó la muerte de John Kennedy.
A la sombra del mandato de Nixon, la presidencia de Gerald Ford tuvo que enfrentarse a las secuelas del conflicto bélico en Vietnam -pese a que se había firmado la paz-, al aumento de la inflación y a un Congreso demócrata cada vez más consciente de sus poderes. Ford utilizó muchas veces su derecho de veto para controlar los gastos del Gobierno y buscó rebajar impuestos, desregular empresas y liberalizar los precios de la energía para estimular la producción y contener la inflación y el desempleo.
En política exterior, vivió la victoria comunista en Vietnam, después de que el Congreso denegase una petición suya de ayuda económica para Saigón, y el incidente del mercante Mayaguez, en el que murieron 41 norteamericanos en aguas de Camboya.