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La UMP elige a Nicolás Sarkozy como candidato para competir por la Presidencia de Francia

Nicolás Sarkozy ha sido proclamado formalmente candidato a la Presidencia de Francia por la conservadora y gobernante Unión por un Movimiento Popular (UMP), en un multitudinario congreso celebrado en París. Cuando faltan menos de cien días para la primera vuelta de las elecciones presidenciales, el héroe del día, con camisa clara y sin corbata, fue aclamado a su llegada al recinto ferial de la parisina Puerta de Versalles. "Francia y los franceses nos miran. Somos una gran familia unida. Somos la apertura, la mano tendida", afirmó Sarkozy a su llegada. Por su parte, el secretario de Relaciones Internacionales del PP, Jorge Moragas, ha declarado a Libertad Digital que "a los españoles que queremos la derrota de ETA, nos conviene la victoria de Sarkozy".

Nicolás Sarkozy ha sido proclamado formalmente candidato a la Presidencia de Francia por la conservadora y gobernante Unión por un Movimiento Popular (UMP), en un multitudinario congreso celebrado en París. Cuando faltan menos de cien días para la primera vuelta de las elecciones presidenciales, el héroe del día, con camisa clara y sin corbata, fue aclamado a su llegada al recinto ferial de la parisina Puerta de Versalles. "Francia y los franceses nos miran. Somos una gran familia unida. Somos la apertura, la mano tendida", afirmó Sarkozy a su llegada. Por su parte, el secretario de Relaciones Internacionales del PP, Jorge Moragas, ha declarado a Libertad Digital que "a los españoles que queremos la derrota de ETA, nos conviene la victoria de Sarkozy".

L D (EFE) En un Congreso multitudinario en París, Nicolas Sarkozy ha sido proclamado este domingo formalmente candidato al Elíseo por la conservadora y gobernante Unión por un Movimiento Popular (UMP) que preside, en un momento triunfal de su apuesta política. Sarkozy, de casi 52 años y todavía ministro de Interior, obtuvo el apoyo de 229.303 de los 233.779 militantes de la UMP que participaron en la votación electrónica abierta el pasado día 2.

La participación, que era la única incógnita, dado que Sarkozy era el único postulante tras dejar en la cuneta a sus rivales potenciales, fue del 69,06% (de los 338.520 inscritos), según los resultados anunciados en el espacio ferial de la Puerta de Versalles donde están congregados, según el partido, unos 100.000, dirigentes militantes y simpatizantes.

El broche final de este Congreso, con bombo y platillo, será un largo discurso de Sarkozy, pistoletazo de salida de su campaña para las Presidenciales de abril-mayo próximos y de su duelo previsto con la candidata socialista, Ségolène Royal, en la segunda vuelta. Los sondeos muestran que están empatados en las intenciones de voto. Royal, protagonista de un extraordinario fenómeno mediático y elegida el pasado noviembre por los militantes de su Partido Socialista para defender sus colores en los comicios, es la primera mujer con posibilidades reales de acceder a la jefatura del Estado.

Los dirigentes de la UMP que se sucedieron este domingo en el podio arremetieron contra Royal, especialmente su escasa experiencia en política exterior, tras sus polémicos viajes a Oriente Medio y China, y denunciaron también los planes fiscales de los socialistas. El gran ausente de la fiesta era el presidente Jacques Chirac, de 74 años y casi doce en el cargo, quien había hecho saber que no enviaría ningún mensaje ni se haría representar, en contra de lo que había hecho para el Congreso de elección de Sarkozy como líder de la UMP, en noviembre de 2004.

Chirac sigue sin desvelar si aspirará a un tercer mandato

Chirac, que fuera el mentor de Sarkozy antes de que éste le "traicionara" al optar por Edouard Balladur en las Presidenciales de 1995, sigue sin desvelar si aspirará a un tercer mandato, aunque casi nadie cree que lo haga, incluido el que fuera su director de campaña por la reelección en 2002, Antoine Rufenacht. Uno de los pocos que ve posible una candidatura de Chirac es el ultraderechista Jean-Marie Le Pen, quien no excluye que el jefe de Estado tenga "informaciones confidenciales" sobre un "agravamiento" de la situación internacional, lo único que, a su juicio, podría justificar que el veterano presidente se lanzara de nuevo al ruedo.

La reunión de este domingo en París, con bombo y platillo y para que la UMP fletó ocho trenes de alta velocidad y 520 autocares para traer a los militantes desde todos los rincones del país, se celebra en el mismo lugar en el que Chirac creó en 1976 su partido RPR, que se convertiría en 2002 en la espina dorsal de la UMP. La designación como portaestandarte presidencial de la UMP del ambicioso e infatigable Sarkozy, que quiere encarnar la "ruptura tranquila" y ha moderado su discurso liberal, es la culminación de años de combate político y una victoria sobre el clan chiraquiano.

En los últimos meses o semanas fue aportando su apoyo a Sarkozy la abrumadora mayoría de sus colegas en el Gobierno y de los tenores de la UMP, incluido el hijo predilecto de Chirac, Alain Juppé. Juppé, que intervino este domingo en el Congreso, se perfilaba como el delfín de Chirac hasta que la Justicia le pasó factura en 2004 por la financiación ilegal del RPR, en los años 80 y 90. En el puñado de chiraquianos irreductibles que no se han sumado a la unión en torno a Sarkozy destacan el primer ministro, Dominique de Villepin, y el líder de la cámara de los diputados, Jean-Louis Debré.

Los dos, que han dicho que no votarían por la designación de Sarkozy alegando que Chirac no ha desvelado sus intenciones, fueron acogidos sin pitos ni abucheos a su llegada al recinto, después de que el candidato llamara a los militantes a acogerlos como "amigos". Villepin, que ha criticado la estrategia electoral de Sarkozy y se mantiene al acecho (en vísperas de la proclamación de éste perfiló en la prensa su propio programa para él próximo quinquenio), abandonó la fiesta tras una visita relámpago.

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