(Libertad Digital) Un primer ministro en ejercicio y ex presidente de la Comisión Europea como es el italiano Romano Prodi y el ex presidente del gobierno de España, José María Aznar han sido condecorados por la Universidad Católica del Sacro Cuore de Milán por “la importante contribución realizada a la construcción de la Unión Europea”, en el caso de Aznar cuando ejerció como presidente de turno del Consejo Europeo.
En su discurso, el presidente de la Fundación FAES señaló que Europa hoy está en "crisis" porque los valores sobre los que se fundamenta "son cuestionados". Aznar se refiere a la "concepción de la persona como ser ante todo libre y responsable, titular de derechos fundamentales y de una dignidad previos a lo político. De ahí se infieren una serie de principios esenciales, como el principio de la igualdad entre hombres y mujeres o el de la responsabilidad individual" y subraya que "esa idea de la persona a la que me refiero, que nace de la tradición religiosa, filosófica y cultural judeocristiana, es lo que permite la democracia".
"Por fortuna, esa idea es hoy un acervo universal y no se circunscribe sólo a las naciones europeas o a aquellas que comparten tradición histórica con el viejo continente. Por eso precisamente me parece tan importante recordar y reafirmar las raíces cristianas de Europa", señaló Aznar y añadió que "negar esa herencia cristiana de Europa es uno de los elementos que más contribuye a alimentar la confusión intelectual y moral de nuestro tiempo y que, en consecuencia, más nos debilita".
Aznar alertó de la tentación el "relativismo moral" como "el principal peligro que acecha a Europa" que ejemplificó en el "afán recurrente en muchas de las autoproclamadas elites intelectuales y académicas de Occidente. Parecen fascinadas por todo lo que sea antioccidental, aunque eso suponga ser condescendiente con terroristas o con dictadores execrables".
El ex presidente del Gobierno consideró que "fuera de nuestras fronteras el gran reto es la extensión de la libertad y de la democracia. Este es no sólo un deber ético, sino un desafío existencial. Procurar la libertad y la democracia para el mayor número de naciones y personas no es sólo un imperativo moral, también es un interés de primer orden para Europa". "No llego a entender a quienes sostienen, con sus ideas o con sus acciones y omisiones, que la libertad y la democracia y el reconocimiento y garantía de los derechos fundamentales no son para todos. Porque si no son para todos, al final acabarán no siendo para nosotros", apostilló Aznar.
El segundo reto que según Aznar afronta Europa es poner límites a la ampliación. "Europa debe ser viable y gobernable. Y convertir el eje de Europa en su ampliación sin límites es una forma de hacerlo inviable", dijo Aznar que explicó que esos límites no deben ser sólo geográficos sino tambien demarcados por los valores que sustentan Europa. "Hay que recuperar la idea primigenia de los padres de Europa y avanzar por la Europa de las libertades. La condición de la libertad es la limitación del poder. Europa debe estar centrada en la libertad. En este sentido hay que tener en cuenta que el marco histórico en el que la libertad ha crecido en Europa ha sido y es las naciones que la conforman", explicó Aznar.
En cuanto al modelo económico Aznar señala que "el futuro de Europa sólo se puede basar en la economía de la libertad y de las oportunidades. Mientras debatimos sobre un supuesto modelo social europeo que ha creado millones de parados, el mundo sigue girando. Si queremos generar confianza para crecer, la solución no es el intervencionismo ni el proteccionismo, sea a escala nacional o europea. Europa necesita crecer y crear más empleo. Y el camino para hacerlo de forma sostenida es el de la apertura y la liberalización".
También apostó por la integración de los inmigrantes "basada en los valores y principios de la sociedad abierta", y, por último, recordó que "Europa no debe renegar del concepto de Occidente ni de su proyección atlántica" ya que "el vínculo atlántico preservó la libertad en Europa en el siglo XX". Con todos estos ingredientes el presidente de la Fundación FAES cree que "es la oportunidad para lanzar una gran ofensiva a favor del rearme moral de Europa".