L D (EFE) El grupo terrorista libanés Hezbolá sigue colocando bombas en la frontera entre Israel y Líbano, tal y como ocurría antes de la guerra que los enfrentó el pasado verano. "Hoy, durante una operación de rutina, hemos descubierto cuatro artefactos de gran potencia junto a la Línea Azul, dentro del territorio israelí", afirmó en rueda de prensa el coronel Gay Hazut, comandante en jefe de la División 91, a cargo de la vigilancia en esa frontera.
Según Hazut, las bombas, con potencia para destruir cualquier todoterreno semiblindado de los que están en servicio con el Ejército, se hallaban a unos 60 metros de la cerca de seguridad construida por Israel, en una bolsa de territorio hasta la Línea Azul, la frontera internacional delimitada por la ONU en 2000.
Por esa zona pasan únicamente las patrullas del Ejército que protegen la frontera. "Se trata de bombas que han sido colocadas recientemente, y que demuestran un renovado interés por parte de Hezbolá de provocar una escalada", dijo Hazut.
La semana pasada el Ejército israelí halló en la misma zona dos búnkers con alimentos y armas para abastecer a un comando de Hezbolá durante varios días. En teoría, tras la guerra la zona meridional del Líbano quedó bajo la supervisión del Ejército regular libanés con el apoyo de la Fuerza Interina de Naciones Unidas en el Líbano (FINUL), a la que España aporta mil soldados, que deben impedir las actividades de Hezbolá junto a la frontera.
Hazut señaló que Israel considera responsable de lo que ocurre en el sur del Líbano al gobierno soberano de ese país e indicó igualmente que espera que la FINUL cumpla sus compromisos. Israel y Hezbolá libraron una guerra de 34 días, entre el 12 de julio y el 14 de agosto de 2006, que afectó principalmente a la población civil a ambos lados de la frontera.
Según el coronel Hazut, la colocación de los explosivos, detonados por artificieros israelíes de forma controlada, es un "intento de Hezbolá de desviar la atención de la crisis interna en Líbano y provocar el colapso de la resolución 1701 de la ONU", que definió las condiciones del alto el fuego en la zona. Israel considera el incidente como "muy grave" y actuará de la forma que considere necesaria para impedir ataques contra sus fuerzas, subrayó el militar.
Según Hazut, las bombas, con potencia para destruir cualquier todoterreno semiblindado de los que están en servicio con el Ejército, se hallaban a unos 60 metros de la cerca de seguridad construida por Israel, en una bolsa de territorio hasta la Línea Azul, la frontera internacional delimitada por la ONU en 2000.
Por esa zona pasan únicamente las patrullas del Ejército que protegen la frontera. "Se trata de bombas que han sido colocadas recientemente, y que demuestran un renovado interés por parte de Hezbolá de provocar una escalada", dijo Hazut.
La semana pasada el Ejército israelí halló en la misma zona dos búnkers con alimentos y armas para abastecer a un comando de Hezbolá durante varios días. En teoría, tras la guerra la zona meridional del Líbano quedó bajo la supervisión del Ejército regular libanés con el apoyo de la Fuerza Interina de Naciones Unidas en el Líbano (FINUL), a la que España aporta mil soldados, que deben impedir las actividades de Hezbolá junto a la frontera.
Hazut señaló que Israel considera responsable de lo que ocurre en el sur del Líbano al gobierno soberano de ese país e indicó igualmente que espera que la FINUL cumpla sus compromisos. Israel y Hezbolá libraron una guerra de 34 días, entre el 12 de julio y el 14 de agosto de 2006, que afectó principalmente a la población civil a ambos lados de la frontera.
Según el coronel Hazut, la colocación de los explosivos, detonados por artificieros israelíes de forma controlada, es un "intento de Hezbolá de desviar la atención de la crisis interna en Líbano y provocar el colapso de la resolución 1701 de la ONU", que definió las condiciones del alto el fuego en la zona. Israel considera el incidente como "muy grave" y actuará de la forma que considere necesaria para impedir ataques contra sus fuerzas, subrayó el militar.