L D (EFE) En la presentación del libro "El niño de la prisión" de Andrés Iniesta, en el que el autor relata sus vivencias en una cárcel franquista en los años cuarenta, Juan Luis Cebrián resaltó la importancia de este tipo de testimonios porque, según dice, hablan "de una historia que no se conoce en España o que se conoce mal".
El consejero delegado del Grupo Prisa hizo hincapié en la magnitud de la represión franquista y dijo que "durante los años 40 hubo más fusilados y víctimas por parte del franquismo que desaparecidos por todas las dictaduras del cono sur americano juntas y, por supuesto, muchísimas más que en la guerra de la antigua Yugoslavia". Es más, en su opinión "aquello fue un verdadero genocidio que entraría en lo que en este momento conocemos como crímenes contra la humanidad".
El presidente de la Asociación para la Recuperación de la Memoria Histórica, Emilio Silva, reivindicó por su parte la importancia de publicaciones como la de Iniesta, porque existe toda una generación que "no ha tenido una transmisión de la memoria colectiva ni en sus familias ni en la escuela". En su opinión, libros como éste son "síntoma" de un proceso social de recuperación de la memoria que ha comenzado y que "en algún momento se tendrá que regular políticamente" para que se ayude a todas las víctimas.
El consejero delegado del Grupo Prisa hizo hincapié en la magnitud de la represión franquista y dijo que "durante los años 40 hubo más fusilados y víctimas por parte del franquismo que desaparecidos por todas las dictaduras del cono sur americano juntas y, por supuesto, muchísimas más que en la guerra de la antigua Yugoslavia". Es más, en su opinión "aquello fue un verdadero genocidio que entraría en lo que en este momento conocemos como crímenes contra la humanidad".
El presidente de la Asociación para la Recuperación de la Memoria Histórica, Emilio Silva, reivindicó por su parte la importancia de publicaciones como la de Iniesta, porque existe toda una generación que "no ha tenido una transmisión de la memoria colectiva ni en sus familias ni en la escuela". En su opinión, libros como éste son "síntoma" de un proceso social de recuperación de la memoria que ha comenzado y que "en algún momento se tendrá que regular políticamente" para que se ayude a todas las víctimas.