(Libertad Digital) Vuelve a repetirse la historia para el Sevilla, aunque ahora ha habido un final más feliz. Ya pasó contra el Nástic y contra el Mallorca en Liga, y es que se le atragantan los equipos pequeños a los andaluces. De no ser por esto, serían ahora mismo líderes muy destacados de Primera División y se hubieran ahorrado la media hora extra que jugaron este jueves y que les pasará factura el domingo cuando se midan al Celta en Liga.
No tuvo rival en la primera parte el equipo de Juande Ramos, dispuesto a sentenciar pronto aunque más por inercia que por buscarlo. El Shaktar es un equipo inferior, pero cuenta en sus filas con algún jugador que puede resultar decisivo -léase el brasileño Elano, ya convocado por Dunga para jugar con Brasil-. Éstos parecieron darle 45 minutos de tregua al Sevilla y el campeón no los aprovechó. Fue continuo el bombardeo -balón al palo de Maresca incluido- pero el partido se fue al descanso como vino.
Los nervios hicieron acto de presencia al poco de comenzar la segunda parte. El Sevilla no ponía la misma intensidad en defender como en atacar y en un contragolpe llegó el susto. Matuzalem, con un remate similar al despeje ‘a lo escorpión’ de Higuita, adelantó a los ucranianos. Poco les duró la alegría -empató Maresca casi en la jugada siguiente- pero todavía les quedaba cuerda para rato. Dieron guerra, y mucha, al Sevilla, al que las piernas le pesaban y al que no le valía el empate a un gol. La desesperación era absoluta. Alves se multiplicó otra vez en banda -suyo fue el pase en el primer tanto-, pero Kanouté no tenía su día.
Para colmo de males y de presión llegaría el tanto de Elano, quien con habilidad aprovechó la indolencia en su marcaje para batir a Palop. Era el 2-1 y el Shaktar ya hacía cola para recoger el billete para octavos. La carga del Sevilla fue en tromba y en el minuto 93, el último del tiempo añadido, Palop hacía lo que buscan todos los porteros: no parar un penalti decisivo, sino marcar cuando suben a la desesperada a rematar un córner sin esperanzas.
El desconcierto se hizo hueco en las filas ucranianas y los sevillistas, esta vez sí, afinaron más. Chevantón, que lo había buscado con ahínco pero sin fortuna, desequilibró definitivamente el marcador al final del primer tiempo de la prórroga y las aguas volvieron a su cauce: el campeón sigue y el débil aspirante se queda sin el caramelo.
De la Peña, Luis García y Tamudo ponen al Espnayol en cuartos
El tridente de plata de Barcelona -Luis García, De la Peña y Tamudo- ha dado la clasificación al Espanyol para los cuartos de final de la Copa de la UEFA, 19 años después de que fuera subcampeón de esta misma competición. El Maccabi de Haifa no fue rival y, además, planteó poco peligro a Iraizoz. Valverde sacó la artillería -los tres de antes y Pandiani- e hizo la fiesta a costa del rival.
De la Peña asumió el mando en la medular buscando crear espacios entre el entramado defensivo de los visitantes para abastecer de balones a sus compañeros de ataque, pero no fue del todo fácil. Moha y Luis García buscaban abrir brecha por banda, pero tuvo que ser el cántabro quien probara fortuna con disparos lejanos. Durante unos minutos, el Espanyol encerró en su campo al equipo israelí, pero no inquietó al meta Davidovic quien tuvo en Harazi y Keinan sus mejores aliados. De la Peña perdió presencia en el campo, las bandas dejaron de funcionar y el conjunto catalán se nubló en facetas ofensivas.
Sólo el capitán Katan dio avisos a Iraizoz de la presencia ofensiva israelí, aunque fueron suficientes para despertar a De la Peña, quien agarró un balón suelto en al frontal, dribló a su par y metió el balón en la escuadra. Más de dos años hacía que el cántabro no marcaba y no pudo escoger mejor momento para su equipo. El tanto del centrocampista dio paso al festival blanquiazul y el equipo de Valverde sentenció la eliminatoria en nueve minutos apoteósicos.
Pandiani sirvió un balón de oro a Tamudo para que éste se estrenara en la Copa de la UEFA en la presente temporada. Dos minutos después fue Iván de la Peña quien dio un pase de ensueño a Luis García para dar la puntilla al Maccabi Haifa. El tridente 'perico' fue determinante. La afición enloqueció, el Espanyol, que encadenó su décimo partido consecutivo sin perder en la UEFA, jugó a placer ante un rival alicaído y Pandiani se sumó a la fiesta con el cuarto tanto antes del final. El conjunto españolista rememoró sus noches mágicas en Europa para estar con todo merecimiento entre los ocho mejores de la competición.