L D (EFE) A las 07.45 hora local (11.45 horas en España), un grupo de ocho diputados de los 57 destituidos por el TSE, encabezados por las representantes del Partido Renovador Institucional de Acción Nacional (PRIAN), Silka Sánchez y Gloria Gallardo, se logró colar en el edificio del Congreso, previo forcejeo con los agentes policiales. En un primer momento, Cevallos autorizó la entrada de los parlamentarios; pero se desdijo para evitar "enfrentamientos". Pese a todo, una quincena de ellos consiguieron entrar.
En paralelo a estos incidentes, el Tribunal Constitucional de Ecuador no admitió a trámite la solicitud del presidente del Congreso para dirimir el conflicto entre el poder legislativo y el TSE, debido a la convocatoria de una consulta popular para una Asamblea Constituyente.
Cevallos había pedido al TC que dejara sin efecto la polémica resolución del Congreso por la que se sustituyó al presidente del TSE, Jorge Acosta, y la posterior del órgano electoral por la que fueron destituidos 57 diputados. Todos ellos pertenecían a distintos grupos políticos que configuraban la mayoría del Congreso y que se oponían abiertamente al actual Gobierno.
Incidentes dentro y fuera del Congreso
Silka Sánchez acusó a los policías de la escolta legislativa de haberles agredido y reivindicó su condición de diputada, al margen de la medida del politizado ente institucional. "Vivimos en una dictadura" espetó la representante del PRIAN en referencia al Gobierno de Correa.
Gallardo, por su parte, dijo que "estamos exponiendo la vida para salvar la democracia" y calificó a Correa y su Gobierno de "dictatorial, autoritario, prepotente y asesino", al tiempo que le acusaba de "utilizar la fuerza pública y a las turbas asalariadas para que nos maten".
El diputado del Partido Sociedad Patriótica (PSP), Fernando Aguirre, también cesado, coincidió con Sánchez y Gallardo en señalar que "estamos para defender la democracia y decir basta a la dictadura". En el exterior Pascual del Cioppo del Partido Social Cristiano (PSC) asimismo destituido, declaró ante los periodistas que "el orden democrático está roto y se está viviendo a partir de hoy (este martes) en una dictadura".
Junto a él, su correligionario Alfonso Harb, y también censurado, aseguró que Correa "se ha tomado ya todos los poderes en este país. No sólo dirige el Ejecutivo, sino también el Legislativo". "Hoy se ha constituido la dictadura en el país, se ha roto el régimen constitucional", recalcó.
Por contra, Gustavo Terán, diputado del Movimiento Popular Democrático (MPD), que apoya la Asamblea Constituyente y al Gobierno, responsabilizó al presidente del Congreso de los incidentes, por haber permitido la entrada de los cesados, de los que dijo: "Son ciudadanos a los que el TSE ha suspendido los derechos políticos, y no diputados".
Con Terán coincidieron los diputados Ramsés Torres y Salvador Quispe, del movimiento indígena Pachakutik, también aliados del Gobierno, que responsabilizaron al presidente del Congreso de lo sucedido y negaron la condición de diputados a los cesados.
En los alrededores del Congreso de los Diputados, a primera hora de la mañana del martes se concentró un grupo de personas que apoyaba a los diputados destituidos y que, según Sánchez, eran dirigentes regionales y locales del PRIAN, PSC y PSP que habían acudido a "respaldar la democracia". Más tarde, varios cientos de partidarios del Gobierno y de la Asamblea Constituyente se concentraron frente a la Cámara para pedir su desalojo y exigir que no se reuniese el Parlamento.