L D (EFE) Desde Rusia, Mijail Gorbachov el último presidente de la Unión Soviética, expresó sus "profundas" condolencias a la familia de Yeltsin y reconoció que "a sus espaldas quedaron grandes méritos ante el país y también graves errores". Gorbachov fue uno de los pocos que recordó las sombras de la era Yeltsin.
La Casa Blanca, también, transmitió sus condolencias al pueblo ruso e informó de que el presidente de EEUU, George W. Bush, telefoneó a su colega ruso, Vladímir Putin, aunque no trascendieron los detalles de la conversación.
En otro comunicado, el Consejo Nacional de Seguridad de la Casa Blanca calificó a Yeltsin de "figura histórica en unos momentos de gran desafío para Rusia". Asimismo, el secretario de Defensa de EEUU, Robert Gates, de visita en Moscú, se refirió a Yeltsin como "una figura memorable de la historia moderna" que "ha desempeñado un importante papel en la transición de Rusia a la democracia".
"Nadie olvidará a aquel Yeltsin subido a un tanque durante la intentona golpista de 1991", cuando el líder ruso había encabezado la resistencia a la junta militar que apartó por tres días del poder a Gorbachov, agregó Gates.
El primer ministro británico, Tony Blair, destacó que Yeltsin "fue un hombre extraordinario que vio la necesidad de la reforma democrática y económica y que, defendiéndola, desempeñó un papel vital en un momento decisivo de la historia de Rusia".
En el mismo sentido, la canciller alemana, Angela Merkel, calificó a Yeltsin de "luchador por la democracia y la libertad" y "gran personalidad de la política rusa e internacional" y valoró su contribución a las relaciones entre los dos países.
El presidente de la Comisión Europea, José Manuel Durao Barroso, expresó en términos similares y consideró que Yeltsin fue "una referencia clave en la transición post-comunista en Rusia", y resaltó su "coraje" en la "defensa de la libertad".
"Como presidente tuvo enormes desafíos y mandatos difíciles, pero acercó el Este y el Oeste y ayudó a reemplazar la confrontación por la cooperación", aseguró el presidente del Ejecutivo comunitario, quien opinó que "como más se le recordará será resistiendo el golpe de Estado que pretendía restaurar un régimen dictatorial en Rusia".
Asimismo, el presidente francés, Jacques Chirac, elogió la "tenacidad y el sentido político" de Yeltsin, cualidades que, dijo, puso al servicio de la democracia y resaltó que se esforzó por "restablecer los derechos humanos, reconstruir la economía y transformar Rusia en un Estado democrático moderno, vinculado a la paz".
El ministro de Asuntos Exteriores, Miguel Ángel Moratinos, trasladó, también, su pésame a las autoridades y a la sociedad rusa. "Es indudable que es una personalidad que ha marcado la historia reciente de Rusia", recalcó el ministro español, quien destacó, a su vez, el papel del fallecido en la definición del futuro de Rusia y el conjunto de la antigua Unión Soviética y en sus relaciones con la UE. Por ello, Moratinos consideró que Boris Yeltsin "será reconocido y recordado por eso".
Dos predecesores de Merkel en la Cancillería, el conservador Helmut Kohl y el socialdemócrata Gerhard Schröder, coincidieron en calificar a Yeltsin de "amigo de Alemania". "Ha marcado la historia reciente de Rusia" dijo el titular español de Exteriores, Miguel Ángel Moratinos, para quien Yeltsin, el primer presidente de la era post-soviética fue también el primero "que fue elegido democráticamente".
El primer ministro luxemburgués, Jean-Claude Juncker, destacó la importante aportación de Yeltsin a la aproximación entre Rusia y Europa y recordó que lideró su país en una época "difícil y llena de cambios políticos y económicos profundos".
Para el presidente de la Asamblea Parlamentaria del Consejo de Europa, René van der Linden, Yeltsin será recordado como "el símbolo de la irreversibilidad de la transición a la democracia en Rusia" y el hombre que llevó a la Federación Rusa "a la familia europea de valores comunes basados en la democracia, los derechos humanos y el Estado de derecho".
Dirigentes de Lituania, Letonia y Estonia destacaron el papel que tuvo Yeltsin en el restablecimiento de la independencia de los tres Estados bálticos ex soviéticos, ahora miembros de la Unión Europea.