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Sarkozy defiende su programa reformista frente al proyecto menos definido de Royal

Un Nicolas Sarkozy sereno se enfrentó este miércoles por la noche a un duro debate televisado de más de horas y media con Ségolène Royal que se mostró muy irritada por momentos. Considerado como el punto álgido de la campaña a la segunda vuelta de las elecciones presidenciales del próximo domingo, los candidatos abordaron uno a uno los temas fundamentales de la agenda política francesa e internacional lo que permitió a Sarkozy exponer su programa reformista frente al menos definido de Royal. Si Sarkozy abogó por “hacer todo lo posible” por recuperar la grandeza francesa siendo “fiel a su identidad”, la propuesta de Royal fue “una Francia imaginativa”.

Un Nicolas Sarkozy sereno se enfrentó este miércoles por la noche a un duro debate televisado de más de horas y media con Ségolène Royal que se mostró muy irritada por momentos. Considerado como el punto álgido de la campaña a la segunda vuelta de las elecciones presidenciales del próximo domingo, los candidatos abordaron uno a uno los temas fundamentales de la agenda política francesa e internacional lo que permitió a Sarkozy exponer su programa reformista frente al menos definido de Royal. Si Sarkozy abogó por “hacer todo lo posible” por recuperar la grandeza francesa siendo “fiel a su identidad”, la propuesta de Royal fue “una Francia imaginativa”.
L D (Agencias) El candidato conservador al Elíseo, Nicolas Sarkozy, subrayó su responsabilidad y la de su rival socialista, Ségolène Royal, de "devolver la dignidad" a la vida política de Francia, al inicio del debate televisado entre ambos. "Nuestra responsabilidad es devolver la dignidad a la vida política" francesa, manifestó Sarkozy al ser invitado por los dos moderadores a expresar su estado de ánimo al comienzo de este esperado debate que se celebra a cuatro días del duelo final en las urnas por Elíseo.

Sarkozy dijo que se encontraba "concentrado", mientras que Royal contestó que se encontraba "muy bien y muy feliz" por poder debatir. El debate televisado organizado por las televisiones privada "TF1" y la pública "France 2" ha despertado una enorme expectación en Francia. Se calcula que más de veinte millones de personas siguieron este duelo dialéctico de más de dos horas y media de duración entre los dos candidatos al Elíseo.

Ambos vestidos de oscuro, Sarkozy y Royal estaban sentados frente a frente en una mesa de color blanco. En los primeros minutos del debate, la candidata socialista se mostró bastante irritada y no dudó en interrumpir a Sarkozy en varias ocasiones al abordar el tema de la delincuencia. El debate, que se estructuró en "cuatro grandes temas": la concepción del poder, los temas económicos y sociales, los problemas de sociedad y las cuestiones internacionales.
 
Seguridad y funcionarios
 
Nada más empezar su intervención Royal rompió las hostilidades cuando aludió al balance de Sarkozy como ministro del Interior en el período 2002-07 (con un breve paso en Economía en 2004) y le acusó de no haber actuado adecuadamente, ya que "la delincuencia es hoy uno de los principales motivos de preocupación de los franceses".

Sarkozy respondió que durante el quinquenio de Gobierno socialista (1997-2002) el número de delitos aumentó el dieciocho por ciento, mientras que en el siguiente lustro de poder de los conservadores se redujeron el diez por ciento. Apuntó que es necesario tratar con más severidad a los reincidentes, que haya siempre "la certidumbre" de quien delinque será sancionado y que los jóvenes entre dieciséis y dieciocho años serán tratados como adultos a efectos penales.

La aspirante socialista replicó que es mejor practicar la prevención y garantizar que el primer delito sea sancionado, porque así se evita la reincidencia en muchos casos. Royal aludió a las dos mujeres agentes de Policía que, de paisano, han sido violadas en los últimos meses, un caso que ha sido ampliamente tratado por los medios de comunicación. Por eso propuso que las mujeres sean objeto de especial protección y, en concreto, las funcionarias sean acompañadas a casa al final de su servicio nocturno, lo que suscitó la ironía de Sarkozy, para quien con esa idea habría "unos funcionarios al servicio de los franceses y otros al servicio de sus compañeros".

El tema derivó hacia el futuro del servicio público, integrado por varios millones de franceses y Sarkozy recordó su idea de que en los próximos años sólo sean sustituidos la mitad de los funcionarios que se jubilen, de manera que lo ahorrado vaya, por un lado, a la disminución de la deuda pública y, por otro, a retribuir mejor a los trabajadores en activo. El conservador acusó a su rival de querer aumentar la plantilla de funcionarios y subrayó que eso cuesta dinero.

Royal negó que sea su intención, al tiempo que se mostró partidaria de mantener el actual cuerpo público, porque de lo contrario se verán afectados los hospitales y la educación. "Apuesto por la descentralización, evitando despilfarros y con responsabilidades claras", dijo Royal, mientras que Sarkozy dijo que esa cesión de competencias sólo ha traído más gasto.
 
Las 35 horas laborales, “una catástrofe” para Sarkozy
 
Las 35 horas semanales son "una catástrofe generalizada para la economía francesa" y en especial para los hospitales, puesto que los han "desorganizado", afirmó Sarkozy al entrar en el segundo tramo del debate, dedicado a la las cuestiones económicas y sociales. "¿Si tanto daño han hecho, por qué no las han eliminado?", respondió la candidata socialista a Sarkozy, tras recordarle que el Gobierno conservador al que él ha pertenecido hasta finales de marzo pasado ha tenido casi cinco años para suprimir las "35 horas".

Royal reconoció que la ley de aplicación de las 35 horas es "muy rígida", especialmente en lo que respecta a las pymes, pero defendió la "importante conquista social" que supuso esa reforma estrella del Ejecutivo de izquierdas del socialista Lionel Jospin (1997-2002). Dijo, no obstante, que si es elegida presidenta de Francia el próximo 6 de mayo "no habrá generalización de las 35 horas" si los agentes sociales (sindicatos y patronal) no se ponen "de acuerdo sector por sector" de la actividad económica.

Como ataque a la reforma de las 35 horas, Sarkozy replicó que "ningún país del mundo" la ha copiado y que incluso, el presidente del Gobierno español, el socialista José Luis Rodríguez Zapatero, le había dicho personalmente que nunca aplicaría una medida similar en España. Si gana, Sarkozy avanzó que no tocará las 35 horas, "se quedarán al mismo nivel que el descanso semanal", pero para contrarrestar su efecto exonerará las cargas sociales de las horas extraordinarias para las empresas y del impuesto sobre la renta para los contribuyentes.

"Yo también he hablado con Zapatero" y con otros líderes europeos, le replicó Royal, quien dijo a Sarkozy que su propuesta de exoneración de horas extraordinarias costará 5.000 millones de euros al Estado y además es "peligrosa" porque no generará empleo. Ella se comprometió a poner el crecimiento económico francés a un ritmo de crucero anual del 2,5 por ciento del Producto Interior Bruto (PIB) y destinar todo lo que exceda esa cifra a la reducción de la deuda pública.

Su fórmula para conseguirlo, dijo, será establecer "un nuevo pacto con las empresas", especialmente con las pymes a las cuales destinará la mayoría de las ayudas públicas, así como luchar contra el "despilfarro" del dinero público. Bastante irritada durante el debate, Royal fue objeto de los reproches de un Sarkozy sereno que le espetó en varias ocasiones la falta de "precisión" de sus propuestas. Sarkozy, por su parte, reiteró su determinación de "revalorizar el trabajo" y permitir "a los que quieren ganar más que trabajen más" para aumentar así el poder adquisitivo y con él el crecimiento.
 
Energía nuclear y medio ambiente
 
Los dos candidatos a la Presidencia de Francia también polemizaron sobre el papel de lo nuclear en sus planes sobre las fuentes energéticas, así como en las medidas a aplicar para asegurar un mayor respecto al medio ambiente y cómo garantizar la seguridad energética.

El principal objeto de discusión fue la energía nuclear, sobre la cual Sarkozy dejó claro desde el primer momento que es su apuesta, porque es "limpia", en el sentido de que implica una emisión de anhídrido carbónico a la atmósfera mucho menor que otras fuentes.

Royal, que aspira a tener los votos de la izquierda y los ecologistas en la segunda vuelta, el domingo próximo, se vio hostigada reiteradamente por su rival, quien la pedía que se pronunciara acerca de si mantendrá la energía nuclear si es elegida presidenta. Tras eludir la pregunta varias veces la aspirante socialista admitió que mantendrá la energía nuclear, pero que potenciará las alternativas.

Sarkozy defendió el desarrollo de una nueva generación de reactores nucleares, opción que Royal negó, ya que, dijo, es mejor no avanzar en esa línea y mantener las centrales en funcionamiento, sin abrir nuevas. El candidato conservador señaló que eso supondrá condenar los reactores nuevos, que considera más adecuados, y criticó que con la idea de Royal las centrales viejas estarían más años en funcionamiento, lo que supone un riesgo.

En materia de ecología, la líder socialista afirmó que quiere negociar con los socios europeos la bajada del IVA en ámbitos como las energías alternativas y la construcción que incorpore elementos que respeten el medio ambiente. Sarkozy respondió que reducirá el impuesto a los vehículos más ecológicos y a los edificios construidos "con calidad medioambiental" y añadió que desea gravar en mayor medida los productos de los países que no aplican el Protocolo de Kioto sobre la emisión de gases que causan el efecto invernadero y la destrucción de la capa de ozono.
 
La UE y Turquía
 
El candidato conservador  rechazó la posibilidad de que Turquía pueda entrar algún día en la Unión Europea. Negó que sea porque se trata de un país con mayoría de musulmanes, sino que es porque "está en Asia Menor" y no es europeo. "Prefiero que se les diga que habrá acuerdos de asociación o para un mercado, pero no para entrar en la UE", aseguró el aspirante conservador.

Por su parte, Royal dijo que la eventual entrada de Ankara en la UE es una cuestión a la que deberá responder el pueblo francés en una consulta. Ante la rotundidad de Sarkozy, Royal le pidió que no fuera tan "brutal" con el pueblo turco, que "aspira" a ser europeo y recordó que hace años Europa empezó un proceso de debate con las autoridades de ese país.

El caso de Turquía centró el intercambio de opiniones acerca de la política exterior y, en concreto, sobre el futuro de la UE, dos años después de que en referéndum los franceses rechazaran el proyecto de Constitución. Sarkozy dijo que "no se volverá atrás" para negar que el texto constitucional pueda ser recuperado y añadió que es importante detener el proceso de ampliación hasta que no haya nuevas instituciones comunitarias. Propuso un tratado "simplificado" que permita aplicar esas nuevas instituciones y aseguró que jefes de Gobierno como la alemana Angela Merkel, el español José Luis Rodríguez Zapatero y el italiano Romano Prodi le han dado la razón cuando ha expuesto la conveniencia de aprobar con rapidez normas para permitir que funcione la Europa a veintisiete.

Por su parte, Royal dijo que quiere que los franceses sean consultados de nuevo sobre la Constitución, aunque hizo hincapié en que es necesario un "protocolo social" con factores como los derechos y libertades, la mejora de los salarios, la protección de las empresas, el respeto al medio ambiente, el empleo y el fomento de la investigación y desarrollo. Eso permitiría -agregó- que los franceses recuperaran la confianza en Europa.

Sobre conflictos internacionales, abogaron por la firmeza y las sanciones contra Irán si mantiene su deseo de enriquecer uranio y no colaborar con el Organismo Internacional de la Energía Atómica. Sobre Darfur, los dos criticaron que el Gobierno sudanés se niegue a aceptar "corredores" para que se pueda prestar ayuda humanitaria a cientos de miles de personas afectadas por ese drama. Royal aprovechó para criticar a China, que a su juicio actúa en connivencia con el Gobierno de Jartum porque en Sudán hay petróleo. Por eso pidió el boicot a los Juegos Olímpicos de Pekín (2008), lo que la valió una crítica de Sarkozy, quien recordó que su rival fue a China el año pasado e incluso elogió algunos aspectos del país.

Todos los sondeos dan a Sarkozy como favorito en las urnas el próximo domingo, con entre el 51 y 53,5 por ciento de los votos.

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