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El Polisario aplaude el cambio

Se abre una etapa para el Sáhara Occidental con la llegada de Nicolás Sarzkoy al Elíseo. Al menos así lo ve el Frente Polisario que espera del nuevo presidente una mutación en la política exterior con respecto al conflicto entre marroquíes y saharauis. "La Francia de los últimos doce años ha quedado manchada por el  amiguismo y seguidismo  de Chirac a las tesis anexionistas de Hassan II y ahora de su hijo Mohamed VI", comentó el representante del Polisario ante la ONU, Bujari Ahmed. Para Ahmed un cambio en la presidencia gala será positivo porque "los niveles de corrupción a los que había llegado Chirac y su aliado Marruecos eran excesivamente elevados, además de vergonzosos". 

Se abre una etapa para el Sáhara Occidental con la llegada de Nicolás Sarzkoy al Elíseo. Al menos así lo ve el Frente Polisario que espera del nuevo presidente una mutación en la política exterior con respecto al conflicto entre marroquíes y saharauis. "La Francia de los últimos doce años ha quedado manchada por el  amiguismo y seguidismo  de Chirac a las tesis anexionistas de Hassan II y ahora de su hijo Mohamed VI", comentó el representante del Polisario ante la ONU, Bujari Ahmed. Para Ahmed un cambio en la presidencia gala será positivo porque "los niveles de corrupción a los que había llegado Chirac y su aliado Marruecos eran excesivamente elevados, además de vergonzosos". 
L D (Beatriz Mesa) Bujari Ahmed, convencido de que el nuevo presidente francés no se dejará contaminar por el régimen marroquí como lo ha hecho su antecesor, recordó las palabras de Sarkozy que recogió la prensa marroquí: "hay cosas que no le perdono a Chirac, no quiero hablar del dinero que se llevó a Japón, pero lo más espeluznante es lo que tiene con Marruecos". Asimismo dijo Ahmed que "Francia debería reconsiderar  toda su estrategia hacia el norte de África, basada en viejos cálculos de la Guerra Fría". 
 
Por su parte, el representante del Polisario en la Unión Europea, Mohamed Sidati, se mostró también exultante ante la victoria de Nicolás Sarkozy, ya que cree profundamente en que examinará la vieja política colonialista y tendrá una percepción conforme a la justicia, y sobre todo una visión de respeto a la legalidad internacional. Sidati considera que Francia ganará mucho más si a partir de ahora su vocación es la del reconocimiento a la autodeterminación del Pueblo Saharaui, sin excluir la independencia, en vez de elogiar a un régimen, que ultraja los derechos humanos, y que conduce en dirección contraria a la del derecho internacional.
 
Desde el Polisario se insiste en que los saharauis no son enemigos de Marruecos, sino de su política “criminal” en el Sáhara Occidental. El representante del Polisario ante la ONU insistió en que "creen en la negociación y en el diálogo directo, como ya se alcanzó en el primer plan de paz". De la misma manera que apuestan por el diálogo, son conscientes de las dificultades de llegar a un acuerdo con el reino aluita, porque "su obsesión es la anexión". Bujari Ahmed señaló que "Marruecos se equivoca, y todos los que le justifican", y añadió que "la independencia saharaui está asegurada, ya sea hoy, mañana o dentro de dos siglos".
 
Bujari Ahmed aseguró de nuevo que están dispuestos volver a las armas para resolver la ecuación del Sáhara, de la que España se despreocupa porque "no tiene medios y tampoco voluntad para incidir en una solución justa frente a las consecuencias de una política de chantaje de Marruecos en el gobierno de Zapatero". Aunque, para Bujari, es aún más vergonzoso que los estudiantes saharauis se vean obligados a viajar a Cuba para conservar la lengua de Cervantes.
 
A pesar de que  el Polisario esté sufriendo este desgaste –continuó Bujari– seguirá trabajando por la independencia, y por el respeto a la legalidad. Bujari finalizó señalando que "hoy no sólo se abren expectativas hacia el nuevo presidente galo, también hacia la última resolución de la ONU, que abren negociaciones directas con el régimen de Mohamed". Aseguran que no tienen miedo a esas negociaciones, pero dejan claro la línea roja que impide violar el derecho de los saharauis a elegir a su propio futuro y por el que debe velar el sistema internacional, a pesar de su debilidad. Esa máxima debilidad la demostró cuando renunció a pronunciarse sobre la violación de los derechos humanos, que incluso se atacan ante la sede la MINURSO, la misión de Naciones para el Sáhara Occidental.
 

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