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POCO DESPUÉS, A PETICIÓN DE MONTILLA, PIDIÓ "DISCULPAS"

El delegado de la Generalidad en Madrid dice que Maragall no está bien "física ni psicológicamente"

Las críticas le están lloviendo a Maragall desde que admitiera que fue un "error" reformar el Estatuto sin modificar antes la Constitución. Después de esto reconoció que se sintió traicionado por Zapatero cuando pactó con Artus Mas, y a sus espaldas, esa reforma estatutaria. Coincidiendo con estas declaraciones, el PSC filtró que el ex presidente iba a dejar la Presidencia del partido. Los ataques desde entonces se sucedieron pero este lunes ha sido el delegado de la Generalidad en Madrid el que ha puesto el listón en lo más alto. El socialista Raimon Martínez Fraile ha dicho que la postura de Maragall no se puede entender a no ser que se encuentre "en una situación no muy adecuada física y psicológicamente". Poco después, a petición de Montilla, pidió "disculpas".

Las críticas le están lloviendo a Maragall desde que admitiera que fue un "error" reformar el Estatuto sin modificar antes la Constitución. Después de esto reconoció que se sintió traicionado por Zapatero cuando pactó con Artus Mas, y a sus espaldas, esa reforma estatutaria. Coincidiendo con estas declaraciones, el PSC filtró que el ex presidente iba a dejar la Presidencia del partido. Los ataques desde entonces se sucedieron pero este lunes ha sido el delegado de la Generalidad en Madrid el que ha puesto el listón en lo más alto. El socialista Raimon Martínez Fraile ha dicho que la postura de Maragall no se puede entender a no ser que se encuentre "en una situación no muy adecuada física y psicológicamente". Poco después, a petición de Montilla, pidió "disculpas".
L D (Europa Press) Raimon Martínez Fraile expuso en  una entrevista a Radio 4 de RNE que "una persona que dice estas cosas quiere decir que está un poco enfermo". Era su forma de aludir a Maragall y sus últimas declaraciones: el ex presidente catalán reconoció que el proceso del Estatut "no valió la pena" y denunció sentirse "traicionado" por Zapatero. Además, reveló que fue el líder del PSOE el que decidió su relevo en la candidatura del PSC a la Generalidad.
 
Según el delegado de la Generalidad en Madrid, "es una cosa que desde el punto de vista humano para mí es muy triste. Pienso que una persona que dice estas cosas quiere decir que está un poco enfermo en este momento, por lo que prefiero no comentarlo". Sin embargo, se explayó todavía más al añadir que "no se entiende que una persona diga esto si no es que se encuentra en una situación no muy adecuada física y psicológicamente".
 
Poco después de realizar estas declaraciones, Fraile, ha pedido "disculpas" por sus críticas a Pasqual Maragall y ha retirado sus apreciaciones ofensivas hacia el ex presidente catalán, después de que el actual jefe del ejecutivo autonómico, José Montilla, así se lo haya pedido. En declaraciones a Efe, Martínez Fraile ha explicado que ha mantenido una conversación con Montilla, al que le ha transmitido "no tener ningún inconveniente" en rectificar, puesto que su intención no era "insultar a nadie, y menos al ex presidente de la Generalitat", ha apuntado. "No era mi intención hacer algún tipo de referencia despectiva", dijo. "Pido las disculpas correspondientes".

Martínez Fraile y Pasqual Maragall han tenido históricamente una relación difícil, desde que ambos trabajaban en el ayuntamiento de Barcelona, en donde el actual delegado de la Generalidad en Madrid llegó a ser teniente de alcalde y miembro del consejo rector y del comité ejecutivo de la candidatura de Barcelona a los Juegos Olímpicos de 1992. El 9 de octubre de 1988 dimitió por sus diferencias con el entonces alcalde de la ciudad, Pasqual Maragall, y se marchó al sector privado. En 1998 anunció su candidatura a las elecciones primarias celebradas por el Partit dels Socialistes de Catalunya (PSC) en Barcelona de cara a las municipales del año siguiente, pero el 9 de octubre retiró su candidatura argumentando que la competencia con el alcalde de Barcelona, el también socialista Joan Clos, iba a ser utilizada por CiU para atacar y debilitar a su partido.

En abril de 2004 fue nombrado secretario general de Turismo del ministerio de Industria, Turismo y Comercio, que entonces dirigía José Montilla, el actual presidente catalán, quien ha vuelto a contar con él como su hombre de confianza en Madrid.
 
Por su parte, el secretario de Organización del PSC, José Zaragoza, aseguró este lunes que "la relación" entre el partido y Pasqual Maragall "es de cariño y respeto" y anunció que la formación socialista no le pedirá que agote su mandato en la presidencia del partido, sino que "respeta su decisión de dejarlo". Zaragoza insistió en que el PSC "respeta todas las decisiones de su presidente", para remarcar que "si él ha decidido que no quiere continuar presidiendo el partido, lo respetamos, igual que lo respetamos cuando decidió no presentarse a las elecciones autonómicas" del 1 de noviembre de 2006 como candidato socialista.
 
El dirigente del PSC, que se refirió a Maragall como "un compañero tan especial", señaló que el aún presidente del partido "ha dicho tantas veces, y desde hace tanto tiempo, que quería dejar la presidencia del PSC, que para nosotros ya es algo natural". En cuanto a las últimas declaraciones de Maragall alabando las relaciones con el Gobierno central que mantenían los gobiernos de Jordi Pujol, Zaragoza consideró que las palabras del ex presidente catalán "son interpretables" en tanto que contienen "un 'quizás'". Para Zaragoza, Maragall "lo que hacía era una crítica a CiU en el pasado y en el presente".

Sobre la reflexión de Maragall en torno a "la ingenuidad del PSC" en el proceso estatutario, Zaragoza señaló que "la ingenuidad no es un defecto, sino un elemento bueno", puesto que "el defecto sería la maldad". Zaragoza reconoció que, durante la reforma del Estatut, el PSC "fue ingenuo al ir a Madrid con voluntad de llegar a acuerdos", porque "CiU se aprovechó de esta voluntad del PSC y de Maragall". "Mas no fue ingenuo en la negociación, sino que él mismo alzó el listón del texto en su debate en el Parlament para después rebajar esas mismas partes en Madrid", afirmó, apuntando que "no sé si era ingenuidad o mala fe".  

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