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Aznar denuncia que el envío de dossiers de la Oficina Económica es "un ataque a la libertad y al prestigio de un país"

Pedro Schwartz, catedrático de Economía y colaborador habitual de Libertad Digital, ha presentado en Madrid su último libro "En busca de Montesquieu", editado por Encuentro. La presentación ha estado a cargo de José María Aznar, que además de mostrarse partidario del liberalismo clásico que, dice, encarna Schwartz, ha denunciado los ataques a la libertad del Gobierno de Rodríguez Zapatero, como enviar dossiers contra ciudadanos privados desde la Oficina Económica de Moncloa o "cambiar las reglas de juego a mitad de partido", como en el asalto a Endesa.

DOCUMENTO: Discurso íntegro de José María Aznar

Pedro Schwartz, catedrático de Economía y colaborador habitual de Libertad Digital, ha presentado en Madrid su último libro "En busca de Montesquieu", editado por Encuentro. La presentación ha estado a cargo de José María Aznar, que además de mostrarse partidario del liberalismo clásico que, dice, encarna Schwartz, ha denunciado los ataques a la libertad del Gobierno de Rodríguez Zapatero, como enviar dossiers contra ciudadanos privados desde la Oficina Económica de Moncloa o "cambiar las reglas de juego a mitad de partido", como en el asalto a Endesa.DOCUMENTO: Discurso íntegro de José María Aznar
(Libertad Digital) José María Aznar ha presentado el último libro de Pedro Schwartz, en un acto celebrado en la Universidad San Pablo-CEU al que han asistido personalidades como el presidente de Libertad Digital, Alberto Recarte, el ex presidente Leopoldo Calvo-Sotelo, el colaborador habitual de Libertad Digital Pío Moa entre otros economistas, políticos o escritores.
 
En él, José María Aznar ha alertado sobre los constantes peligros a los que se enfrenta la libertad. Algunos de ellos desde las dictaduras, "como la que se mantiene desde hace décadas en Cuba", pero también desde la democracia, un asunto que centra parte del libro de Pedro Schwart, que se titula "En Busca de Montesquieu. La democracia en peligro".
 
Aznar ha citado como ejemplo "que desde la Oficina Económica de Moncloa se envíen dossiers contra ciudadanos particulares", lo que supone "un ataque aún más grave a la libertad y al prestigio del país". También ha declarado que "cuando un árbitro gubernamental pita con reglas diferentes a dos equipos en un mismo partido está atacando a la libertad, a los derechos individuales y a la libertad de la democracia", en referencia a los manejos desde la Comisión Nacional de la Energía y de la oficina económica de Moncloa en pleno asalto a Endesa.
 
Con todo ello, "ha quedado claro -dijo- el intervencionismo gubernamental en operaciones que deberían ser puramente empresariales", según dijo José María Aznar. Citó éstas entre otras amenazas a la libertad individual en el campo económico, "que -dijo- provienen, con renovada fuerza, de los ataques al derecho de propiedad, a la libertad de empresa y a la libertad del consumidor en el libre mercado"
 
No obstante, a juicio de José María Aznar, dentro de las democracias el terrorismo es "el más grave atentado contra la libertad". Y eso vale "tanto para quienes aprietan el gatillo como para quienes no luchan contra él con todas las armas de la Ley".
 
Otro de los graves peligros de la libertad dentro de una democracia lo encontramos cuando "es el propio Gobierno el que vulnera la Ley", como cuando, puso por caso, "se detiene ilegalmente a dos miembros de un partido por el simple hecho de que sean del partido de la oposición". También se refirió a que "el Gobierno dé instrucciones a la Fiscalía, que cuenta con todas las evidencias en su haber, para que no actúe hasta las últimas consecuencias" contra un sangriento terrorista, en referencia velada a Ignacio de Juana Chaos.
 
También se refirió a otro de los asuntos abordados en el libro de Pedro Schwartz, "el abuso de las mayorías". Y recordó, al respecto, que "se ha dicho que cincuenta más uno no es igual a cien, y que cincuenta menos uno no es igual a cero".

En busca de Montesquieu

Pedro Schwartz ha comenzado por reconocer que el título de "En busca de Montesquieu" es una mención a Marcel Proust; sólo que en lugar del tiempo perdido lo que le ocupa en su obra son los autores liberales y las experiencias de civilización en libertad que le sirven para identificar “los peligros de la democracia para la libertad”, y ofrecer soluciones para éstos. Defiende, en “feliz expresión de Margaret Thatcher”, un “capitalismo democrático”. Se refirió a Milton Friedman para recordar que para la libertad era necesario “un Estado limitado a sus atribuciones” justas y “un mercado amplio”.

El "ogro filantrópico"

El libro se plantea si “hay modo de defenderse de la opresión de las democracias mayoritarias” y del “ogro filantrópico que nos oprime desde la cuna hasta la tumba”. Para responder a esto, ha estructurado su libro en tres partes, la primera de las cuales es un repaso al pensamiento liberal y a la experiencia del capitalismo en los tres últimos siglos para poder ofrecer “unos argumentos prudenciales en defensa de la libertad”.

De esto citó dos aspectos. Por un lado el pensamiento de Adam Smith, para quien el Estado tenía tres funciones básicas: la defensa frente a las amenazas exteriores, la represión de la delincuencia y de “la coacción de unos individuos sobre otros” y la provisión de ciertos servicios comunes. En este último apartado, Schwartz ha dicho que debería limitarse a la protección de “quienes están totalmente incapacitados” para valerse por sí mismos, y que han sido orillados por el Estado hasta muy recientemente. Y por otro ha mencionado cómo, según los hallazgos de Xavier Sala i Martín, de 1975 a 2000, “pese a que en el mundo somos unos mil millones más de personas, hay unos 400 millones menos de pobres, de personas que viven con un dólar al día o menos”. Algo que se debe al desarrollo de la “mundialización”, como el profesor prefiere llamar a la extensión del mercado en las últimas décadas.

Las "contradicciones" del liberalismo

En la segunda parte, consciente de que “los argumentos prudenciales” no serán suficientes para que los partidarios del “ogro filantrópico” y del igualitarismo “abandonen su tarea de destrucción”, dedica tres apartados a deshacer tres contradicciones o “antinomias” del liberalismo. Por un lado se plantea si es posible casar la naturaleza humana, que se ha forjado en sociedades tribales y cerradas durante milenios, con la sociedad extensa, propia del capitalismo. A su juicio, pese a que “lo que Freud llamaba el malestar con la civilización estará siempre presente”, también perdurará una inclinación a relacionarse y comerciar, formando una sociedad de hombres libres.

La segunda contradicción apunta a la pregunta de si “para ser libre necesitamos que el Estado garantice cierto bienestar”. La respuesta es negativa, ya que la libertad, “como bien dijo Isaiah Berlin, no viene de tener muchas oportunidades de hacer cosas”, sino que de no se nos prohíba decidir sobre lo que nos pertenece, sea mucho o poco. La tercera se plantea cómo mantener la libertad con un sistema electoral, y Pedro Schwartz ha recordado que “la soberanía popular no es la división de poderes”. Ha lamentado que Lincoln alegara la “soberanía popular” durante la guerra y ha declarado asimismo que “nadie es sobrerano” sobre los demás.

En la última parte del libro, Pedro Schwartz se plantea qué se puede hacer para que la libertad prevalezca en este contexto de riesgo de las democracias mayoritarias. No confía en los frenos institucionales, que han demostrado no haber contenido el poder, pero sí en ciertos procesos sociales como “la mundialización de la economía, el desarrollo de nuevas tecnologías que profundicen la división del trabajo y la división del poder, pero del Estado a los ciudadanos, o la competencia fiscal entre naciones y regiones”.

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