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DESPUÉS DE PASAR CINCO AÑOS EN LA BASE NORTEAMERICANA

El "talibán australiano" llega a su país desde Guantánamo para terminar de cumplir su condena

David Hicks llegó este domingo a Australia, desde la base militar de EEUU en Guantánamo (Cuba), para cumplir los ocho meses de cárcel que le restan tras ser condenado el pasado 30 de marzo por dar apoyo al terrorismo de Al-Qaeda. Hicks se declaró culpable de haber dado apoyo material para actividades terroristas después de llegar a un pacto con el tribunal militar que lo juzga, que dictó una condena reducida a cambio de su confesión y con la condición de que no hable con ningún medio de comunicación durante un año. Hicks no podrá beneficiarse de la venta de su historia, aunque sí es libre de contarla.

David Hicks llegó este domingo a Australia, desde la base militar de EEUU en Guantánamo (Cuba), para cumplir los ocho meses de cárcel que le restan tras ser condenado el pasado 30 de marzo por dar apoyo al terrorismo de Al-Qaeda. Hicks se declaró culpable de haber dado apoyo material para actividades terroristas después de llegar a un pacto con el tribunal militar que lo juzga, que dictó una condena reducida a cambio de su confesión y con la condición de que no hable con ningún medio de comunicación durante un año. Hicks no podrá beneficiarse de la venta de su historia, aunque sí es libre de contarla.
L D (EFE) Hicks fue transportado directamente en un vuelo chárter hacia una base aérea en Adelaida, en el estado de Australia del Sur, y llevado a la prisión de Yatala en una furgoneta con los cristales ahumados y bajo fuerte escolta, informó la radio australiana ABC.
 
El talibán australiano, de 31 años de edad y capturado en diciembre de 2001 por las tropas estadounidenses que invadieron Afganistán, tiene previsto ser puesto en libertad el próximo 31 de diciembre.
 
El padre del preso, Terry Hicks, quien en días anteriores se quejó de la falta de información a la familia sobre la llegada de David, manifestó a la emisora que su hijo estará contento de haber regresado a su país.
 
Por su parte, el fiscal general australiano, Philip Ruddock, declaró que, de momento, ignora si puede considerarse peligroso a David Hicks ó si sólo está mentalmente transtornado, y que deberá ser la policía quien decida si mantenerlo bajo vigilancia, una vez cumplida su condena. Ruddock afirmó, sin embargo, que Hicks no podrá beneficiarse de la venta de su historia, aunque sí es libre de contarla.
 
Hicks fue condenado a siete años de cárcel el pasado 30 de marzo, pero dado que ha cumplido ya más de cinco años encerrado en la base militar estadounidense en Guantánamo (Cuba), podrá ser liberado dentro de siete meses y medio, el próximo 31 de diciembre.
 
Los abogados de Hicks pactaron con la Fiscalía una condena reducida a cambio de que su cliente se comprometiera a declararse culpable y a no hablar con ningún medio de comunicación durante un año.
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