LD (Europa Press) Los especialistas de la lucha antiterrorista destacan que la cinta demostraría que la banda sigue plenamente activa. Dentro de este análisis sobre el carácter propagandístico y de advertencia de las imágenes, las fuentes consultadas enlazan su aparición con la irrupción en septiembre pasado, en plena tregua, de tres encapuchados en un homenaje a los etarras muertos que se celebraba en una campa del monte Atxirulegi (Guipúzcoa). Dos de ellos portaban sendos fusiles G-3 y flanqueaban a un tercero que leyó un texto en el que aseguraba que los terroristas tenían "la sangre preparada" para darla por "Euskal Herria".
Además, las fuentes consultadas recuerdan cómo el acoso policial y judicial a la banda en los últimos años ha obligado a ETA a reducir el tiempo de instrucción de sus terroristas por motivos de seguridad, una situación muy diferente a la que se daba en los años ochenta, cuando los etarras viajaban incluso a países con regímenes dictatoriales para entrenarse.
Sin embargo, se mantiene la tónica de que un miembro de la banda entrene al candidato para que, una vez formado, pase a formar parte de un grupo terrorista en España. Es el caso de Iker Aguirre, detenido en el paso de Portbou el 25 de enero en poder de una suerte de "manual del terrorista", escrito en papeles que llevaba escondidos en los zapatos. Se trataban de instrucciones recogidas a bolígrafo que le había impartido en un piso en Francia Francisco Javier López Peña, alias "Thierry", actual jefe del "aparato de cursillos" y un "histórico" de la banda con responsabilidades en su organigrama desde hace una década.