LD (EFE) En una conferencia de prensa celebrada en Moscú y a la que asistieron corresponsales extranjeros, el presidente de Rusia, Vladimir Putin, advirtió que podría dirigir sus misiles hacia territorio europeo, en caso de que EEUU siga adelante con sus planes de desplegar en Europa Oriental elementos de su escudo antimisiles.
Putin dijo que "si parte del potencial nuclear estratégico de EEUU está en Europa y, según nuestros especialistas, representa una amenaza, pues tendremos que adoptar medidas de respuesta". Enseguida, se preguntó: "¿Qué medidas? Por supuesto tienen que aparecer nuevos objetivos en Europa".
Rusia, añadió Putin, "se exime de toda responsabilidad por las medidas de respuesta adoptadas, ya que nosotros no somos los iniciadores de la, sin lugar a dudas, incipiente carrera de armamentos en Europa". Aseguró que "con el fin de reinstaurar el equilibrio estratégico en el mundo tendremos que crear un sistema para superar ese escudo antimisiles, y eso es lo que estamos haciendo ahora".
En concreto, el jefe del Kremlin informó de que Rusia "está perfeccionando su sistema estratégico de armas nucleares", como quedó de manifiesto con el lanzamiento la pasada semana de un nuevo misil intercontinental capaz de portar varias cargas nucleares. Dijo que "no queremos ninguna confrontación. Pero en caso de despliegue de un escudo antimisiles en Europa y, hoy, lo advertimos, habrá respuesta. Necesitamos garantizar nuestra seguridad".
El líder ruso negó que el Kremlin se plantee, entre esas medidas de respuesta, emplazar bases militares en países como Cuba, como ocurriera en tiempos de la Unión Soviética. Así, afirmó que "no sólo no nos planteamos nada parecido, sino que, como es sabido, hace un tiempo desmontamos nuestra base de Lourdes. Queremos cooperación. No necesitamos bases a nuestras puertas, sean de quienes sean". Además, negó que Rusia vaya a verse involucrada en un carrera de armamentos con Washington.
Separatismo en Europa
Por otra parte y en una entrevista concedida al diario francés Le Figaro, Putin dijo que rechaza la concesión de la independencia a Kosovo, región serbia de población mayoritariamente albanesa y cuyo futuro estatuto ha ocupado a la comunidad internacional. El mandatario mencionó que el respeto al territorio de un Estado debe imponerse al criterio de la autodeterminación y advirtió que si finalmente se impone éste "habrá que hacer lo mismo en todo el mundo".