L D (EFE) El primer ministro del Reino Unido, Tony Blair, pronunció un discurso sobre la vida pública en la sede de Reuters en Londres y en él admitió la tensión natural entre el poder político y el cuarto poder, el mediático; pero, subrayó que esa tirantez se ha intensificado en los últimos años.
Blair, no obstante, no se limitó a tirar balones fuera o a mostrarse como una víctima de la "furia mediática" (aunque podría serlo) y admitió que él también ha "contribuido" al deterioro de ese vínculo.
Para el premier británico, esta difícil relación limita la capacidad de los políticos para tomar las decisiones correctas para el país. Explicó que, debido a que las noticias se divulgan ahora las veinticuatro horas del día, hay una tendencia a poner más énfasis en el "impacto" en vez del equilibrio, de manera que se perjudica la perspectiva que la gente tiene de la vida pública.
Blair reconoció que "en los primeros años del nuevo laborismo prestamos una atención desmedida a cortejar, saciar y convencer a los medios" y a tratar de influir en la cobertura que la prensa le daba al Gobierno.
"Después de dieciocho años en la oposición y, a veces, la feroz hostilidad de una parte de los medios, fue difícil ver otra alternativa", añadió. Si bien subrayó en que no se quejaba de la cobertura que ha recibido como primer ministro, Blair insistió en que hay menos equilibrio en el periodismo de ahora que hace diez años.
En suma, sostuvo que existe un auténtico deseo por parte de la sociedad para recibir noticias con imparcialidad y que "la forma en que las recibe puede estar cambiando, pero no la sed por las auténticas noticias". "Creo que la relación entre la vida pública y los medios está ahora dañada de una manera que requiere ser reparada", dijo.
"El daño socava la confianza del país y sus creencias, perjudica la evaluación sobre sí mismo, sus instituciones; y sobre todo, reduce nuestra capacidad para tomar las decisiones correctas".