(Libertad Digital) El obispo auxiliar de Madrid, Fidel Herráez, acompañado del vicario de la zona de Vallecas, Angel Matesanz, y del experto en temas jurídicos, Roberto Serres, se reunió este martes con Javier Baeza, Enrique de Castro y Pepe Díaz, los tres curas de San Carlos Borromeo en Entrevías (Madrid).
Según informa este miércoles el diario El Mundo, Baeza explicó que "en un clima cordial y distendido" se reunieron "sin reproches, sin mirar al pasado, sin buscar culpables y, por supuesto, sin mención alguna a excomuniones ni a suspensiones a divinis", para tratar la propuesta verbal que presentó el auxiliar del cardenal Rouco Varela.
Herráez explicó que en esencia, la idea dejar a la parroquia de San Carlos Borromeo sin jurisdicción y reconvertirla en un centro de ayuda a los marginados. Aunque se desconoce el nombre concreto que asumiría, lo que sí está claro es que desaparecerá el término parroquia en la nueva denominación. Finalmente será algo parecido a "centro evangelizador" o "centro misional".
Sin Cáritas
Lo que también queda claro en la propuesta de Rouco –añade el rotativo– es que los curas que cuentan entre su feligresía con el ex ministro Bono o el concejal Zerolo, seguirán al frente sin la tutela de Cáritas Madrid. Javier Baeza explicaba: "La propuesta no nos parece mal, pero la tenemos que consultar con la asamblea, con la parroquia y dialogarla entre los curas. De entrada, me parece que las condiciones que nos ponen son asumibles".
En cualquier caso, todavía queda por determinar la situación "jurídica, social y litúrgica del nuevo centro", aunque la idea es que los tres curas estudien y contesten a la propuesta del Arzobispado de Madrid "lo más rápidamente posible" porque, como dice Baeza: "Estamos deseando volver a la normalidad".
Desde el Arzobispado aseguran que Rouco Varela "se siente aliviado" y alaban su temple: "Para que se vea que, en la Iglesia, entre un obispo y sus curas siempre hay espacio para el perdón y la fraternidad. Sin baculazos. Y eso que al cardenal no le faltaban motivos, pero ha hecho gala de una paciencia y de un temple de maestro, pero también de padre".
Por su parte, los curas de San Carlos Borromeo habían valorado recientemente entre sus allegados la fórmula de la "cuasi-parroquia" y para evitar problemas, abogaban por dos tipos de celebraciones litúrgicas: unas "eucaristías domésticas más informales" que "expresen claramente la fe de la Iglesia y con no menos claridad puedan ser entendidas por los participantes" y otras, añadía, "más abiertas al público, que deberían ser más fácilmente reconocibles como tales".