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Miles de libaneses conmemoran el 3º aniversario de la muerte de Rafiq Hariri

Dos escenarios, dos Líbanos. Miles de libaneses partidarios del Gobierno de Fouad Siniora abarrotaron este jueves las calles de Beirut para conmemorar el 3º aniversario del asesinato del entonces primer ministro, el antisirio Rafiq Hariri.  Kilómetros más lejos, Hezbolá, pro sirio e iraní, enterraba a uno de sus principales cabecillas y se decía preparado para la "guerra abierta" con Israel.

Dos escenarios, dos Líbanos. Miles de libaneses partidarios del Gobierno de Fouad Siniora abarrotaron este jueves las calles de Beirut para conmemorar el 3º aniversario del asesinato del entonces primer ministro, el antisirio Rafiq Hariri.  Kilómetros más lejos, Hezbolá, pro sirio e iraní, enterraba a uno de sus principales cabecillas y se decía preparado para la "guerra abierta" con Israel.
(LD- R. Colomer) Hassan Narsalah, secretario general del entramado terrorista apoyado por Siria e Irán, se dirigió a sus fieles en un discurso televisado en el que desafió a su "enemigo" Israel. "Voy a recordar una sola frase que dije a los sionistas en la guerra (en agosto 2006): si queréis una guerra abierta, que sea abierta".
 
El secretario general de la organización chií insistió en que "Hezbolá y la resistencia islámica están perfectamente preparados para hacer frente a una agresión posible". "En cualquier guerra próxima, quienes os esperarán no será sólo un Imad Mugniye (líder asesinado en Siria el miércoles) sino decenas de miles de combatientes que están esperando martirio", concluyó, informa Efe.  
 
En la plaza de los Mártires se reunían personas de toda clase y condición. "Parlamento abierto, Gobierno libre y presidente electo ahora". Ésta era una de las consignas escritas que se podían leer en las pancartas de los manifestantes, según Now Lebanon.
 
Líbano está encallado en una crisis institucional desde el pasado mes de noviembre cuando el presidente de la República, Emile Lahoud, finalizó su mandato. Desde esa fecha, las facciones, antisirias (progubernamentales) y las prosirias (Hezbolá y Aoun) no consiguen ponerse de acuerdo para proponer un candidato y salir del actual vacío de poder.
 
La crisis, sin embargo, viene de largo y se arrastra precisamente desde la muerte del ex primer ministro, Rafiq Hariri, que dio paso a una serie de asesinatos políticos, siempre o casi siempre de la mayoría antisiria y que se han extendido hasta el estamento militar, una de las pocas instituciones estables del país de los cedros.
 
La desaparición de Hariri provocó la retirada de las tropas sirias en el Líbano después de 29 años de presencia en el país. La mayoría parlamentaria antisiria que da soporte al Gobierno de Siniora y que está liderada por el hijo del ex primer ministro sostiene que el régimen de Damasco está detrás de los asesinatos políticos como parte de una estrategia oscura y más amplia para recuperar su influencia en el minúsculo país.
 
Debido a la complejidad del caso y las supuestas implicaciones de Damasco, se pidió la creación de un tribunal internacional a instancias de la ONU que investigara el caso. El bando pro sirio liderado por los chiíes de Hezbolá y por el cristiano maorita, Michel Aoun, se niegan sin embargo a reconocer la legitimidad de la corte e intentan venderlo como un intento de injerencia extranjera.
 
Sea como fuere, éste es un ejemplo más de la fractura de la sociedad libanesa que amenaza con hacerse más grande por cada día que pasa.
 
Una nota última respecto al triángulo, Hezbolá,  Irán y Siria. Ayer trascendió el viaje por sorpresa del ministro iraní de Exteriores, Manuchehr Motaki, a Damasco donde se entrevistará con el presidente Bachar el Asad y su contraparte, después de haber participado en los funerales del jefe terrorista, Imad Mugniye.

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