LD (Agencias) "Juro, por Dios el grande, respetar la Constitución y las leyes y conservar la independencia e integridad territorial del Líbano", proclámo Sleiman ante la Cámara, que le correspondió con una ovación. Sleiman invitó a todo el espectro político libanés y a los ciudadanos a abrir un nuevo capítulo "con la mirada en el futuro", y subrayó que la estabilidad que desea el país "obliga a reactivar las instituciones del Líbano por el bien de la patria". En este contexto, instó a los grupos rivales a avanzar por el camino del diálogo y no por el de la confrontación.
Sleiman, que fue interrumpido varias veces por los aplausos de la Cámara, abogó por promulgar una nueva ley electoral que se fundamente sobre "el respeto de la voluntad popular", para lo que consideró necesario constituir una comisión especial. En la votación de investidura estuvieron presentes el emir de Qatar y varios ministros de Asuntos Exteriores, incluidos los de Siria, Irán y Arabia Saudí.
También se mostró favorable a que el Líbano colabore con el Tribunal Internacional que investiga el asesinato del ex primer ministro Rafik Hariri (ocurrido el 14 de febrero de 2005) y cuya formación permanece bloqueada desde el comienzo de la crisis, en noviembre de 2006, cuando se retiran los ministros chiíes del Ejecutivo. También se refirió al grupo terrorista chií Hezbolá durante su discurso, al asegurar que el Líbano debe conservarlo "para beneficiarse de ella dentro de una estrategia defensiva", pero puntualizó que las armas "tienen que estar dirigidas sólo contra el enemigo".
Además, manifestó que la ocupación por Israel de las Granjas de Cheba, situadas en la frontera que comparten Siria y el Líbano con el Estado judío, "obliga a adoptar una estrategia defensiva para proteger a la patria".
Sleiman, que fue interrumpido varias veces por los aplausos de la Cámara, abogó por promulgar una nueva ley electoral que se fundamente sobre "el respeto de la voluntad popular", para lo que consideró necesario constituir una comisión especial. En la votación de investidura estuvieron presentes el emir de Qatar y varios ministros de Asuntos Exteriores, incluidos los de Siria, Irán y Arabia Saudí.
También se mostró favorable a que el Líbano colabore con el Tribunal Internacional que investiga el asesinato del ex primer ministro Rafik Hariri (ocurrido el 14 de febrero de 2005) y cuya formación permanece bloqueada desde el comienzo de la crisis, en noviembre de 2006, cuando se retiran los ministros chiíes del Ejecutivo. También se refirió al grupo terrorista chií Hezbolá durante su discurso, al asegurar que el Líbano debe conservarlo "para beneficiarse de ella dentro de una estrategia defensiva", pero puntualizó que las armas "tienen que estar dirigidas sólo contra el enemigo".
Además, manifestó que la ocupación por Israel de las Granjas de Cheba, situadas en la frontera que comparten Siria y el Líbano con el Estado judío, "obliga a adoptar una estrategia defensiva para proteger a la patria".
La designación de Sleiman confirma el acuerdo a que llegaron la semana pasada el Gobierno y la oposición liderada por Hezbolá, poniendo fin a seis meses de vacío de poder en la jefatura del Estado. El acuerdo que ha permitido la designación de Sleimán fue posible gracias a la mediación de Qatar, que intentó en nombre de los Estados árabes acabar con una crisis que comenzó hace 18 meses y amenazaba con llevar al país a una nueva guerra civil. De hecho, ambas partes ya se habían puesto de acuerdo hace tiempo para la designación de Sleimán, pero la votación había sido pospuesta en 19 ocasiones.
El nuevo jefe del Estado, que no estuvo presente durante la votación en la fue elegido minutos antes, fue recibido en la puerta del Parlamento por el presidente de la Cámara, el chií Nabih Berri. Dentro del hemiciclo, Sleiman, vestido de civil, fue ovacionado por los parlamentarios y por las autoridades extranjeras que presenciaron el acto. Antes del juramento, Berri elogió al emir de Qatar, jeque Hamad Bin Jalifa al-Zani, por su labor de mediación en el conflicto libanés, y recordó que también se conmemora la salida de Israel del Líbano, hace ocho años.
El Parlamento no se había reunido en el Líbano desde hacía año y medio, un periodo durante el cual el Gobierno del primer ministro, Fouad Siniora, apenas ha funcionado. Los brotes de violencia se han cobrado decenas de vidas y revivieron los recuerdos de la guerra civil de 1975 a 1990. Siniora renunciará, pero se mantendrá como primer ministro hasta que se forme un nuevo Gobierno.