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Van rebajando la dureza en el nombre, pero en realidad siguen haciendo lo mismo una y otra vez. Antes eran piquetes digitales, y ahora lo han dado por llamar sentada virtual. ¿En qué consiste? En lo mismo que el ataque a las sedes del PP y el acoso violento a sus candidatos. En impedir que pueda haber más voz que la suya. En que toda opinión discrepante desaparezca. Todo se resume, en definitiva, en el totalitarismo.

Cuando uno se acerca a las cloacas de Internet, es frecuente ver innumerables sitios de grupos de extrema izquierda, que tienen por costumbre apoyar este tipo de ataques. Por supuesto, al mismo tiempo se declaran ardientes defensores de la libertad de expresión. De la suya, evidentemente. Los fascistas, un grupo extraordinariamente amplio que incluye a todo aquel que esté a la derecha de Stalin, no deben tener posibilidad ni oportunidad alguna de existir en la Red.

Porque eso es lo que más les fastidia. Que gente como usted, como yo o como Arenas empleemos Internet para expresar otras ideas, distintas a las suyas. Se consideran los únicos propietarios legítimos de este invento. De este artilugio que, si recordamos, inventó el Ejército de Estados Unidos. No deja de tener su gracia.

Daniel Rodríguez Herrera es editor de Programación en castellano.