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Daniel Rodríguez Herrera

Los buscadores son Internet

Recientemente hemos tenido noticia del triste caso de Andreas Heldal-Lund y su Operation Clambake, eliminado del buscador Google. La "Iglesia" de la Cienciología tiene un largo historial de impedir las críticas a su culto por medio de denunciar la reproducción de sus libelos, protegidos con copyright. Por ejemplo, Slashdot tuvo que retirar el comentario de un usuario tras una amenaza de demanda por reproducir un texto titulado "OT III". En aquella ocasión, sin embargo, el tiro salió por la culata, pues el principal responsable de este weblog publicó un artículo explicando el caso y proporcionando innumerables enlaces alternativos donde encontrar el texto tan celosamente protegido. Amén de otros informativos documentos sobre la política de los cienciólogos, entre los que se encontraba la página de Andreas.

Aparte de las consideraciones morales que la actuación de la secta de Hubbard nos pueda merecer, el caso abre una necesaria reflexión sobre el papel de los buscadores en Internet. Recuerdo que hace unos años, cuando las primeras páginas proetarras aparecían en la red, algunos activistas proponían tomar medidas para provocar su desaparición. Al principio se intentó exigir a los proveedores que retiraran la página. Sin embargo, pronto se llegó a la conclusión de que la manera más efectiva de retirarlas era escribir a los buscadores. Si los buscadores las eliminaban, nadie tendría conciencia de su existencia. Formarían parte de ese limbo de Internet donde están las páginas creadas pero no visitadas, colgadas en la Red pero no conectadas con las demás.

El peligro real de las leyes y jurisprudencia americanas no consiste en la prohibición de la reproducción en Internet de material delictivo (donde la concepción de delito es bastante más amplia que la de nuestra Ley Birulés), sino sobre todo en la persecución de las páginas que las enlacen. Esto pone en una difícil situación a los buscadores, que evidentemente amplían automáticamente sus bases de datos con miles de enlaces nuevos cada día. Empieza a formar parte de su rutina diaria retirar sitios tras amenazas de demanda, que no podrían afrontar de forma masiva.

Esas retiradas pasan sin pena ni gloria, algunas porque efectivamente son justas. Pero cuando casos como el que nos ocupa saltan a la luz, debemos anotar cuidadosamente los hechos y las reacciones de los implicados. Habrá que mirar también con lupa la política de los buscadores a la hora de escogerlos. En este caso, Google ha rectificado como debía, volviendo a colocar en sus listas a Xenu.net. Es un alivio ver que las quejas de los consumidores funcionan a veces.


Daniel Rodríguez Herrera es editor de Programación en castellano.

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