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Encarna Jiménez

El enemigo lésbico

El peligro ruso en versión eurovisiva es el enemigo lésbico. Para una vez que TVE lleva a la competición musical a una chica llamada Beth con aspecto de moderna: “piercing” y pelo a lo “rastafari”, un dúo lésbico de origen ruso le quita el protagonismo hasta en España. TATU es el nombre de la pareja que está llamando la atención antes de ir a Riga, como antes lo hiciera Dana, el transexual israelí que movilizó el voto gay. La homosexualidad cotiza al alza en el festival más kitsch del mundo.

El próximo sábado día 24, justo en la jornada de reflexión, antes “volver al colegio” a votar, Beth, con un vestuario “sexy”, que seguro que incluye pantalones y barriguita al aire, se enfrentará a varios enemigos. En primer lugar a su antecesora Rosa, que anda desaparecida en combate, pero que todavía se manifiesta como un referente del éxito conseguido el año pasado por Gestmusic al movilizar el sentimiento español con su “Operación Triunfo”. Este año, el negocio no ha sido tan redondo, sobre todo para TVE, que ha visto como la audiencia de “OT” segunda edición disminuía de manera alarmante. Sin embargo, TVE está dispuesta a echar el resto en la convocatoria y ha enviado una delegación de profesionales para sacarle el jugo al festival.

Como no podía ser de otro modo, José Luís Uribarri va al frente de la expedición como un profeta de la geografía musical europea. Con un humor de decano que está de vuelta de todo, al estilo de aquel famoso corresponsal de los países del Este, Juan Manuel Eguiagaray, hace unos pronósticos que suelen resultar acertados. Uribarri no considera que vaya a ganar el dúo ruso, y apuesta por Eslovenia y Polonia, con reservas para Alemania y Reino Unido. Si tendrá claro que el peligro ruso no llegará a ganar, que ha prometido que, como han dicho las TATU que se casarán si ganan, él afirma entonces que, si gana Beth, se casará con Nina.

Ver a Uribarri en el juzgado puede ser un pelotazo para alimentar el mundo del cotilleo, pero no parece que lleguemos a ese nivel de éxito eurovisivo. Este año toca quedar en buen lugar, pero no arrasar ni dentro ni fuera de España. Lo mismo que en las elecciones. Estamos con márgenes de “two points”, como mucho.

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