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Todavía recuerdo la primera entrevista que le hice a Jesús Gil en el Club Financiero Inmobiliario que tiene en Madrid. Yo no hacía más que preguntarle por la situación deportiva del Atlético de Madrid, y él a su vez me interpelaba por diferentes cuestiones. "¿Tú cuántos años tienes?"... "¿Sabes lo que es el comunismo?"... Esto último me dejó de piedra y generó en mí un estado de ansiedad difícilmente explicable. Allí estaba yo, sentado enfrente de aquel enorme personaje y con una página de El Independiente todavía por cerrar, hablando con Gil de Kamenev y los bolcheviques. Alguna idea –por la E.G.B. y un librito de Edward Hallett Carr titulado "La Revolución Rusa" (Alianza Editorial, 1979)– sí que tenía de lo que era el comunismo, pero doce años después de aquello no sé exactamente qué quería hacer Gil con el club. Supongo que entregaría la entrevista a tiempo porque acababa de entrar a trabajar en el periódico y quería agradar a mi redactor jefe.

Si Gil ha obtenido una reacción unánime acerca de algo ha sido precisamente sobre su anuncio de que deja el club porque nadie le cree. Eso es muy curioso, pero lo es aún más el hecho que ha esgrimido para tomar una decisión como esa: ¡no quiere que le falten más al respeto!... ¡A él!... Nadie podrá decirme que el asunto no tiene cierta guasa. Yo, que no he sido de los más zarandeados, he recibido a lo largo de estos años por parte de Gil calificativos como "enano", "buitre carroñero" y alguno más del que prefiero no acordarme. ¿Y ahora se va para que no le falten al respeto?

El caso es que la marcha de Gil del club no va a ser tan sencilla. Antes que nada: ¿Se va sólo Gil o son los Gil al completo los que abandonan el club? Y si se van todos los Gil... ¿se marcha también Enrique Cerezo? Por otro lado, esta sociedad anónima deportiva está pendiente de algunas decisiones judiciales imposibles de dilucidar en un minuto. Y más aún: ¿Quién y qué manera tiene de certificar que la deuda contraída por el Atlético de Madrid con los Gil es la que éstos certifican? ¿Quién acudirá a la ampliación de capital que ha de llevarse a cabo antes del próximo 30 de junio?

Tengo para mí que, con todos los avatares sufridos por este club antes del año 1987, el peor de todos es que Jesús Gil accedió a la presidencia del Atlético de Madrid Club de Fútbol y ahora se va del "Alieti". Demasiadas entradas y salidas en los juzgados. Muchas fotos en el Tribunal Supremo. Excesivo sufrimiento que ahora paga un club roto por la mitad. Y un futuro incierto.


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