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Guillermo Rodríguez

El Nasdaq sale del coma

Durante los tres últimos años, el Nasdaq –mercado tecnológico estadounidense– ha permanecido ingresado en la UVI, aquejado de un severo ataque al corazón del que pocos apostaban que saliera con vida.

La volatilidad ha sido una constante en este periodo. Desde los buenos tiempos en los que la burbuja comenzó a ser inflada por labios excesivamente optimistas, hasta los días en los que nadie quería malgastar oxígeno para alentar un mercado decrépito, todo han sido especulaciones sobre si la botella estaba medio llena o medio vacía. Y vuelta a empezar. Porque tres años dan para pensar en lo mejor y en lo peor de un índice que recogía los vaivenes de un sector que primero fue alabado para más tarde ser masacrado sin pudor.

Ahora las cosas han cambiado, aunque sólo sea levemente. Hablar del Nasdaq ya ha dejado de ser sinónimo de mala noticia. Poco a poco, la Bolsa tecnológica ha recobrado el color y las pulsaciones han vuelto a aparecer. Pero tampoco conviene echar las campanas al vuelo. La Historia está para aprender de ella. Y ésta nos dice que un exceso de euforia deriva en un batacazo doloroso. Al menos cuando se trata de la Bolsa.

El pasado mes de marzo, las acciones de las empresas tecnológicas lamían el parqué de la Bolsa con sede en Nueva York. De los 1.253 puntos de entonces se ha pasado, en apenas dos meses, a los 1.550... y subiendo.

Como explica de forma acertada la revista The Economist, el sector ha sufrido un proceso por el que ya pasaron otras industrias hace años: del boom se pasa al crash, y de ahí se llega a la adaptación, precisamente el instante que se vive ahora. Cabe esperar que el índice Nasdaq vuelva a los niveles lógicos en los próximos meses. A partir de ahí deberá encarar los altibajos propios de cualquier mercado: periodos de bonanza mezclados con la crisis pasajeras.

Varias han sido las circunstancias que han contribuido a sacar al Nasdaq del coma. En primer lugar, el fin del conflicto iraquí, al que se unen los buenos resultados obtenidos por las principales compañías tecnológicas de Estados Unidos en el primer trimestre de 2003, la debilidad del dólar y el menor coste de los créditos bancarios.

También hay que tener en cuenta la recuperación de un sector que ha sufrido con especial crudeza la crisis tecnológica: la industria de los semiconductores. Desde principios de año se ha incrementado la demanda de chips, fundamentalmente en Asia (17,2% de aumento) y Europa (11,3%). Estados Unidos continúa sin salir del bache al perder un 8%, remarca la Asociación de la Industria de Semiconductores de Estados Unidos. A pesar de este revés, las previsiones de futuro son alentadoras. Según esta institución, a lo largo de 2003 las ventas experimentarán un aumento de dos dígitos.

Por último, cabe destacar que las compañías relacionadas con las Tecnologías de la Información tienen previsto dedicar parte de su capital a inversiones. El fin no es otro que atraer más demanda. Hacía tres años que esto no sucedía.

La paulatina recuperación del Nasdaq debería ejercer un efecto contagioso sobre el resto de Bolsas. Se propague esta situación más pronto o tarde, no cabe duda de que lo que sucede en Estados Unidos es una buena noticia para el Nuevo Mercado español.


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