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Ignacio Villa

Un ejercicio supremo de irresponsabilidad

Esta vez se les ha visto el plumero desde el primer momento. El PSOE ha vuelto a intervenir tarde y mal, y como siempre a rebufo del diario El País.Como tantas otras veces, la dirección actual del Partido Socialista se apunta a la tragedia para hacer política y para activar la oposición. Pero es que esta vez además lo hace fuera de hora, y con argumentos que ya se han quedado viejos. El PSOE, aturdido por los malos resultados de las ultimas elecciones municipales y autonómicas, ha estado asimilando el revés electoral durante una larga semana. Y cuando ha querido reaccionar ya era tarde, aunque lo más lamentable es que ha vuelto a dejar en evidencia que sus estrategias y sus decisiones vienen marcadas desde las páginas del diario de PRISA. La realidad nos vuelve a enseñar que Ferraz sigue siendo una sucursal de las directrices del citado diario. En El País se decide atacar, el PSOE ataca; El País calla, el PSOE permanece en silencio.

Ahora ocho días después del triste accidente que costó la vida a los militares españoles que volvían de una misión de paz, el Partido Socialista comienza a desperezarse, comienza a sacar su artillería pesada, comienza otra vez más a hacer leña de la tragedia ajena. Nadie pone en duda que el Partido Socialista tiene todo el derecho a ejercer una oposición con exigencia, pero esa exigencia deberá ir acompañada por la eficacia y la responsabilidad. Durante días han estado callados, amparados en no se sabe que silencio; y ahora de pronto, cuando ven que no han sabido ejercer de verdadera oposición, entran en la dinámica demagógica y callejera. Dicen que "se ponen a disposición del Ejercito", ¿alguien nos puede explicar en que consiste esa "disponibilidad"? ¿Quizá se lo tengamos que preguntar al ex-ministro Narcis Serra, o mejor a Suarez Pertierra? Suponemos que no será la misma disponibilidad que el PSOE no ejerció durante catorce años de Gobierno; cuando se encargo de enterrar el concepto de renovación del Ejercito, cuando buscó afanosamente que los militares perdieran el reconocimiento social que se merecían, cuando nunca quiso dar al Ejercito ese necesario cambio de modernidad, cuando no supo integrar en la sociedad un reconocimiento general hacia las Fuerzas Armadas; ese mismo PSOE, que hizo gala de una lamentable política de defensa, dice ahora que se pone a disposición de los militares.¡Por favor!, qué alguien nos lo explique antes de que la carcajada sea la reacción natural y general.

Además, el PSOE tiene ahora un problema muy serio; en esta ocasión no puede hacer la única política que sabe hacer. Esta vez no pueden enarbolar las pancartas, esta vez no pueden azuzar las calles. Aunque sí parecen dispuestos a buscar de nuevo otro punto más de inestabilidad, con un grado mucho mayor de peligrosidad. Con esta nueva andanada, el secretario general del PSOE vuelve a demostrar que sólo sabe hacer una cosa: utilizar desde el oportunismo la desgracia ajena. Esto no es hacer política, es hacer "guerra de guerrillas", es el ejercicio supremo de irresponsabilidad.

Nadie ha ocultado que el Gobierno, por muchas y muy variadas razones, no ha gestionado bien esta crisis; cambios de opinión, de estrategia y de política de comunicación han estado a la orden del día; una cuestión sobre la que ya se ha escrito y se ha opinado con meridiana claridad. Pero eso, en cualquier caso, no justifica nunca que el Partido Socialista vuelva a sus viejas y recientes estrategias. El 25 de mayo, los ciudadanos ya han demostrado que no quieren políticas de subversión, quieren políticas de estabilidad. El PSOE ha tenido ahora una buena oportunidad para hacer oposición, pero una oposición seria y constructiva. No hacen falta más algaradas callejeras. Devolvamos entre todos al Ejercito el reconocimiento y los honores que muchos le han negado, durante años, por todo tipo de complejos. España, miembro pleno de la OTAN, necesita un Ejercito cualificado y preparado, pero sobre todo un Ejercito reconocido por todos. Nadie necesita de disponibilidad para arreglar, aquí hace falta responsabilidad y rectificar algo que desde hace años nadie se ha tomado en serio. Todos los partidos, en lugar de utilizar el triste accidente para buscar titulares, deberán sentarse en una mesa y articular los mecanismos necesarios para que el Ejercito esté donde se merece.¡Lástima que Zapatero siga sin enterarse!


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