Piqué ha pedido a los internautas que colaboren, mediante el "vínculo emocional", en el intento de conseguir que aumente el número de usuarios de la Red en España. En principio, este llamamiento es loable, puesto que reconoce la importancia de la sociedad civil frente a la intervención estatal. El problema radica en que el ministro no ha renunciado a dicha intervención (ahí se mantiene la LSSI y no se observan medidas reales para fomentar la competencia real entre proveedores). El futuro candidato a la Generalitat de Cataluña se limita a pedir ayuda a sus "víctimas". Es conveniente recordar que su pupila y predecesora actuó de forma parecida. Una vez que el Ejecutivo renunció a cerrar los cibercafés, el Ministerio de Ciencia y Tecnología solicitó a sus propietarios que cedieran sus locales para la ejecución del programa Internet para Todos.
El argumento de Piqué es simple: si cada usuario de Internet convence a una persona que no lo es para que se conecte a la Red, España se situará en los primeros puestos de Europa. Tal vez no sabe que los internautas suelen hablar de su experiencia como tales con la mayor naturalidad del mundo, no se avergüenzan de serlo. Lo que pasa es que no suelen ser propagandistas.
El internauta habla por igual de sus alegrías y frustraciones. No duda en comentar lo útil que le resulta la Red para informarse, entretenerse, comunicarse con otras personas o comprar; pero tampoco lo hace a la hora de quejarse de conexiones lentas y caras (el principal problema de Internet en España) y de otros inconvenientes que se encuentran a la hora de navegar. Pedirle que haga de propagandista demuestra no conocerle, como cualquier otro usuario de todo tipo de servicios, cuenta su experiencia como la vive, y en España el Ejecutivo no suele colaborar para que sea totalmente satisfactoria en el ciberespacio.
Piqué debería entender que, en el momento que su gestión mejore las condiciones en la Red en España, los internautas estarán más satisfechos. En ese momento, serán ellos por propia iniciativa quienes con sus comentarios, y sin pretenderlo, convenzan a otras personas para que se conecten. En este momento, el llamamiento del ministro es pedir ayuda a quien está maltratando con su gestión.
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