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Seguro que cuando Florentino Pérez haya tenido conocimiento de que Portillo podría ser el futbolista que tiene atado Jaume Llauradó habrá gritado "¡Visca Llauradó! ¡Visca el Barca! ¡Visca Catalunya!". El joven delantero madridista es tan torpe fuera del campo y está tan mal asesorado que me creo perfectamente que hubiera sido capaz de negociar precisamente con uno de los cuatro candidatos a la presidencia del Barcelona que no tiene ninguna posibilidad de ganar el domingo las elecciones. Herminio Menéndez (más le hubiera valido seguir remando hasta el infinito) trató de hacerle la envolvente a Lluís Bassat, pero éste se dio cuenta de la jugada y salió pitando. Vuelve a tratar ahora de reflotar a "Porti", un peso muerto que cada vez que abre la boca se cierra más puertas en la ciudad deportiva.

Llauradó se encuentra tan desesperado que, buscando en el anuario de la Liga, habrá dado con él único futbolista del Real Madrid lo suficientemente tonto como para entrar en ese juego. Y, de confirmarse que efectivamente se trata de Portillo, el jugador habrá aceptado para llamar la atención de Valdano y compañía después de haberlo intentado también con Laporta, Martínez-Rovira o Minguella. "Ojalá ganara Llauradó", habrá pensado Florentino. El club madridista piensa que el chico supone un engorro para todos y F.P. ya dio órdenes estrictas de que no le quería volver a ver por su despacho.

Llauradó se equivoca al buscar su "caso Figo" con Portillo. Es como si Florentino les hubiera dicho a sus socios lo siguiente: "Si yo gano ficharé a Gabri". ¿A Gabri? Los propios futbolistas del Real Madrid se lo han tomado a cachondeo. Además Llauradó dijo que tenía atado a "un futbolista habitualmente titular" del Madrid, y Portillo es el suplente del suplente de Ronaldo. Si Llauradó ganara y fuera capaz de presentar a Portillo como su gran baza electoral no creo que tuviera otra salida que la convocatoria inmediata de elecciones después de haber presentado su dimisión irrevocable. ¿Portillo?... Llauradó demostraría además la incapacidad barcelonista para hacerle daño al Real Madrid en idéntica proporción al que en su día le hizo F.P. al Barcelona con el portugués Luis Figo.

Me da cierta lástima Llauradó diciendo eso de que "también se reían con lo de Luis Figo" y agitando desde lejos un folio que bien podría ser la fotocopia de la nómina de uno de sus trabajadores. Es penoso y gracioso al mismo tiempo. ¿Se imaginan a Llauradó presentando a Portillo? Eso sí que le haría gritar a un emocionado Florentino Pérez: "¡Visca Llauradó! ¡Visca el Barca! ¡Visca Catalunya!"


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