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Ignacio Villa

Manzanas podridas...verdes y pasadas

¡Vaya aperitivo, hemos vivido este miércoles en la sesión de control al Gobierno! Un aperitivo de lo que va a ser sin duda el Debate sobre el Estado de la Nación de la próxima semana. Y por lo visto y oído, todo indica que el presidente Aznar no piensa ceder un centímetro a la oposición, y en especial al secretario general de los socialistas. Aznar parece que les está repitiendo, una y otra vez, ese dicho castizo: "Sí me buscas, me encuentras". Y lo está cumpliendo al pie de la letra. Aznar espera agazapado, espera tranquilo en su escaño; es Rodríguez Zapatero, ya sea por los nervios, por la inexperiencia o por los malos consejos, quien cae de forma irremisible en los errores de bulto. Aznar no sólo tiene tomada la medida a Zapatero; el presidente del Gobierno tiene en estos momentos una superioridad psicológica sobre el líder de la oposición, tan apabullante, que debate tras debate le deja K.O. Si esto ocurre en una rápida sesión de control al Gobierno, ¿qué será el lunes de Zapatero? Puede ser una auténtica victoria por goleada; y con lo que estamos viendo, una goleada humillante.

El secretario general del PSOE, entra una y otra vez en un terreno dialéctico en las que lleva todas las de perder. Además comete la torpeza de introducir ahora, en el debate sobre la Comunidad de Madrid, un nuevo calificativo sobre los dos diputados expulsados del PSOE: desde hoy son "manzanas podridas". ¿A quién se le habrá ocurrido esta nuevo lanzamiento publicitario?.¿No se darán cuenta lo que puede pasar si a Rafael Simancas se le ocurre gobernar finalmente con estas dos manzanas? Y lo que es peor, el secretario general del PSOE sigue empeñado en hablar de tramas inmobiliarias que llevan a la calle Génova. Habla de corrupción de los demás, pero es incapaz de reconducir la propia corrupción. Habla de regeneración política, pero Simancas se presenta a la investidura sin aclarar sus verdaderas intenciones. Habla y habla, pero no presenta pruebas.

El próximo sábado saldremos de la duda, pero desde luego, visto lo visto, a día de hoy hay motivos más que razonables para dudar de que Rafael Simancas sea capaz de renunciar a ser presidente de la Comunidad Autonóma de Madrid. Si el próximo sábado, definitivamente, el secretario general de la FSM es investido como presidente madrileño, ¿será capaz de renunciar a esa presidencia? O dicho de otra manera: ¿será capaz de bajarse del coche oficial, después de haber disfrutado de su privilegio? Sinceramente motivos hay, y muchos, para dudar de su renuncia. Un político que es capaz de cambiar públicamente de opinión, en una cuestión de gran importancia, en el plazo de una semana, deja mucho que desear. Ante una actitud así pueden pasar dos cosas: la primera de ellas es que no tenga palabra, la segunda es que sea un simple muñeco en manos de otros dirigentes socialistas. Sea cual sea la realidad final, Rafael Simancas es desde este momento el gran perdedor de esta triste historia política. Simancas, por errores propios o por inducción ajena, no ha podido cometer más despropósitos en menos tiempo.

Como bien ha dicho Zapatero, y como están demostrando la realidad, en el PSOE hay manzanas podridas, pero también hay manzanas verdes, pochas y alguna que otra pasada. En fin, una autentica cosecha que, por lo que dicen ellos mismos, se está perdiendo definitivamente.

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