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Rubén Loza Aguerrebere

30 años del golpe de Estado

En la madrugada del 27 de junio de 1973, tropas militares con el apoyo de la Policía de Montevideo, rodeadon el Palacio Legislativo, en Montevideo, procediendo a su ocupación. El entonces presidente, Juan María Bordaberry, había decretado la disolución de las Cámaras ante la negativa de éstas de votar el desafuero del legislador Enrique Erro, que estaba acusado de complicidad con la subversión. Al cumplirse treinta años de aquel oscuro paréntesis, cuya sombra inútil se extendió hasta 1985, se realizaron diversos actos en Montevideo, alertando en ellos los líderes políticos sobre las intolerancias que debilitan a la democracia, instando a combatir la tentación del desprestigio de la política y reivindicando vigorosamente la democracia.

La desistabilización social había comenzado casi diez antes de estos treinta que se recordaron, cuando los guerrilleros (MLT Tupamaros) avasallaron las libertades de un país pacífico que asistía a sus violentos desmanes, secuestros y estela de muerte. La izquierda sumó diversos paros generales, e incluso una noche Montevideo entera quedó a oscuras. En cuanto a la idea del grupusculo guerrillero, ésta era la de desarrollar una “teoría foquista”, es decir, la creación de las codiciones para una revolución popular. La Policía, que debió enfrentarlos, se vio desbordada; en consecuencia, se encomendó al Ejército esa tarea. Y en tiempo récord los revolucionarios Tupamaros fueron derrotados. Pero el Ejército no regresó a las cuarteles, a pesar de que la excusa de la lucha contra la guerrilla, derrotada militarmente, ya no servía.

El pasado 26 de junio se llevó a cabo una sesión parlamentaria muy especial: participaron en ella los legisladores que ocupaban bancas cuando la disolución de las Cámaras. Así, entre otros, volvieron a sus antiguos sillones, los ex presidentes Julio María Sanguinetti (Partido Colorado) y Luis Alberto Lacalle (Parido Blanco o Nacional), ambos diputados en 1973. Sanguinetti señaló, en esta sesión solemne, que fue seguida por numeroso público, que “hoy la democracia es vigorosa a pesar de la crisis económica”, mientras Lacalle dijo que la reafirmación democrática debía ser abonada con la autocrítica y advirtió sobre los peligros que actualmente nota en las descalificaciones a los políticos y en actos de violencia privada, pidiendo a los legiladores que sepan “leer” a tiempo estas advertencias.

Al día siguiente, el 27 de junio, en un acto encabezado por el Presidente de la República, Jorge Batlle, realizado también en el Palacio Legislativo o de las Leyes, los líderes de los partidos realzaron el valor del sistema democrático, condenando nuevamente el golpe de Estado de 1973. En esta oportunidad, el dos veces presidente Julio María Sanguinetti (1985 a 1990 y 1995 a 2000) previno sobre la “tentación morbosa de la lucha política que nos lleva al menosprecio, a la sospecha y va sembrando en la ciudadanía que nos observa la semilla de pensar que todos somos iguales y parejos a la hora de esa descalificación que vivimos en los años previos al 73, y que tanto pagamos y tanto seguimos pagando hasta hoy”. Señaló que solamente se prospera por los caminos de la democracia, y agregó: “debemos preservarnos de ejercicios que suelen enfrentar visiones distintas, que nos llevan a veces a la terrible situación de catalogar muertos, como si todas las muertes no significaran en defnitiva la misma rotura del principio de libertad, como si fuera más muerto uno que otro”.

El ex presidente del liberal Partido Blanco, Luis Lacalle (1990 a 1995), quien en tiempos de la dictadura sufrió prisión, señaló que la lápida que puede colocarse a los años de dictadura es, simplemente, que: “fue inútil”. Observó que “estas tres décadas que nos pesan en el alma y de las que tenemos cicatrices en el corazón, no pueden haber sido en vano”. Y tras ello, señaló que deben sacarse consecuencias, y defender día tras día la democracia y la libertad.

La televisión y los periódicos del Uruguay se han ocupado, y siguen ocupándose del golpe de Estado de 1973, una dictadura que fracasó sin atenuantes. Sondeos realizados, han mostrado que el 76 % de los jóvenes de hoy no saben quién era el Presidente de la República durante el golpe, y el 53% de ellos ignora en qué año fue dado.

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