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Ignacio Villa

Con patatas

El Debate sobre el Estado de la Nación no ha defraudado las expectativas creadas. El "cara a cara" entre el presidente Aznar y el líder del PSOE Rodríguez Zapatero ha sido tenso, intenso y duro. Un Debate de una crueldad como no se veía desde hace tiempo en el hemiciclo de la Carrera de San Jerónimo. El secretario general del PSOE ha articulado su intervención con una sola idea: el Gobierno del PP actúa y gestiona desde la mentira y la ineficacia. Mientras que el presidente Aznar le recordaba a Zapatero, lo más duro que se puede decir a un dirigente político: "tal como están las cosas en su partido, tiene muchas papeletas para no ser candidato en las próximas elecciones generales". El Debate, vivido en el Congreso, ha sido el exponente llevado al extremo de las últimas sesiones de control al Gobierno. Un enfrentamiento de dos horas y media, durante las que Aznar ha intervenido con fuerza y contundencia; Zapatero, en cambio, ha intentado parar los golpes como buenamente ha podido, con poca fortuna y ningún acierto.

¿Quién ha ganado?. En esta ocasión no hay duda: ha ganado José María Aznar, y ha ganado con claridad. El ejemplo más claro de que esto ha sido así es el comentario que los colaboradores del líder socialista realizaban en los pasillos del Congreso: "Zapatero ha aguantado el tipo". No nos engañemos, todo el mundo sabe que en estos debates no se aguanta el tipo. Se gana o se pierde. Y esta vez no hay dudas, Zapatero ha perdido y lo ha hecho de forma abultada. Es evidente que Aznar se ha empleado a fondo, esta vez no ha sido compasivo, y ha dejado en evidencia todas las debilidades y miserias del líder socialista. El presidente del Gobierno ha situado el dedo en la llaga cuando ha puesto en duda la capacidad de liderazgo interno de Zapatero, cuando se ha extendido en las crisis internas que sufre el PSOE en distintos puntos de España y especialmente a la hora de hablar de la Comunidad de Madrid, cuando ha reprochado a los socialistas que vuelvan a encender el ventilador para llenar todo de corrupción. Aznar no ha dejado margen para la duda, ha optado por dar un repaso en toda la regla al líder de la oposición. Y lo ha conseguido.

Zapatero, por su parte, llegaba a este Debate claramente maltrecho. Por primera vez, desde su irrupción en la secretaría general del PSOE se ha puesto en duda su capacidad de liderazgo interno. Zapatero, con muchos y variados problemas, se encuentra especialmente tocado por la crisis institucional de Madrid. Zapatero ha estado muy agarrotado, con miedo a salirse del guión, intentando para los golpes y ofreciendo una pobre imagen en iniciativas y proyectos. Y aunque, previsiblemente, la corte mediática que le rodea le intentará salvar el tipo, el secretario general del PSOE no ha tenido tono político, no ha sabido explicar una oferta ilusionante. Se ha agarrado, casi patéticamente, a que el PP miente y es incapaz; y de esas dos ideas nadie le ha sacado.

En su último Debate como presidente del Gobierno, Aznar no ha defraudado. Se ha comido "con patatas" a Zapatero. Esa es la realidad, y aunque en los próximos días el PSOE intentará dar la vuelta a la tortilla desde sus medios de comunicación, es evidente que Aznar ha ganado, y que esta derrota de Zapatero le terminará pasando factura. Sólo falta por saber, si la factura es antes o después de las elecciones generales.


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