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EDITORIAL

¿Resistirá Cardenal la presión mediática?

Es evidente que las decisiones del Fiscal General del Estado —como las de cualquier otro fiscal o miembro de la judicatura— deberían ser inmunes a las presiones que sobre ellas ejercen los medios de comunicación y los partidos políticos. Sin embargo, esas presiones políticas y mediáticas existen y, en este caso, en una sola dirección. Sería ingenuo pretender que a Cardenal —como a cualquier otra persona— no le afectaran.

Después de que el Tribunal Superior de Justicia de Madrid rechazara admitir a trámite la querella de los socialistas —más aun vista la clara y demoledora forma en la que ese tribunal señalaba que la denuncia del PSOE no aportaba pruebas ni siquiera indicios de delito alguno— lo lógico es que Jesús Cardenal no permitiera a la Fiscalía Anticorrupción dar cancha a lo que no es más que un intento de judicializar la estrategia política del PSOE de contaminar al PP en las deserciones de Sáez y Tamayo.

Esa decisión de Cardenal estaría aun más justificada si tenemos presente que el fiscal jefe anticorrupción, Jiménez Villarejo, es de una acreditada “antipatía contra el PP” —como eufemísticamente reconocen alguno de sus infatigables defensores mediáticos— y, además, tío carnal de la candidata socialista a la alcaldía de Madrid, Trinidad Jiménez.

Sin embargo, ha sido tanta la pasividad de los medios de comunicación afines al Gobierno a la hora de poner de relieve todos estos hechos y, por el contrario, tanta la presión de Prisa y otros medios de comunicación a favor de la judicialización de la estrategia socialista, que es Cardenal —y no Villarejo— el que en estos momentos se encuentra bajo la sombra de la sospecha de parcialidad. Cuando las fuerzas sólo se ejercen de un lado no hay que sorprenderse si logran dar la vuelta a la tortilla.

Ante este clima distorsionado de opinión, el tío de Trinidad Jiménez no sólo no ha visto la necesidad de inhibirse del caso —cosa que no le ha reclamado ni un solo diario—, sino que se ha permitido acusar al Fiscal General del Estado de favorecer al Gobierno y amenazarlo con una convocatoria de la Junta de Fiscales en el caso de que Cardenal no acceda a sus demandas.

Villarejo y los medios que le apoyan están, en realidad, tapando las acreditadísimas informaciones que sitúan las deserciones de Tamayo y Saez en el marco de las luchas por el poder en el seno de la Federación Socialista Madrileña para, por el contrario, acusar al PP de ser el agente inductor de esas deserciones.

Villarejo asegura en su escrito a la Fiscalía General del Estado que existen “fuertes fundamentos” para denunciar que se han podido cometer delitos. Lo cierto es que Villarejo no aporta un dato más de los que ya tuvieron presente los magistrados del Tribunal Superior de Justicia de Madrid a la hora de no admitir a trámite la querella de marras.

Veremos qué decide hoy Jesús Cardenal. Pero, desde luego, los medios que han secundado a Prisa ya se pueden apuntar el tanto de que en estos momentos el Fiscal General del Estado sepa que nadie le acusará de “parcialidad” si, contra la falta de pruebas y de indicios señalados por el Tribunal Superior de Justicia de Madrid, accede a los deseos del tío de Trinidad Jiménez.

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