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Ahora Florentino Pérez quiere llevar a cabo lo que podríamos bautizar como "segunda transición madridista", un nuevo impulso que explicaría perfectamente el fichaje de Carlos Queiroz como primer entrenador en sustitución de Vicente del Bosque. Es probable que, como ocurre en muchas empresas multinacionales, F.P. no crea en los períodos demasiado largos en un mismo puesto de trabajo y que eso le haya pasado factura en primer lugar al bueno de Del Bosque. Pero quizás no sea el último, y quien sabe si el propio Florentino no se aplique el cuento a sí mismo. Me explico.

Lo primero que tiene que sopesar Florentino Pérez es si finalmente se presenta a las elecciones que tendrían que convocarse en 2004. Yo creo que, si el equipo responde a las expectativas generadas a su alrededor, sí lo hará. Existiría la posibilidad (remota) de que si el Real Madrid no carburara, y Florentino a pesar de todo decidiera presentarse, le surgiera el mismo competidor que ya tuvo en 2000, Lorenzo Sanz, pero creo que Florentino volvería a ganar en las urnas. Si F.P. fuera reelegido presidente, tengo para mí que ese "nuevo impulso" afectaría de lleno a los cargos ejecutivos. ¿En qué sentido? Yo creo que Florentino piensa en Emilio Butragueño como futuro presidente del Real Madrid, aunque quizás para 2006 ó 2007. No sería de extrañar que Butragueño fuera nombrado el próximo año vicepresidente primero para asuntos deportivos, puesto que absorbería muchas de las funciones que tiene el actual director general deportivo. El "buitre" no se ha quemado en la "crisis Del Bosque", y Florentino ve en él una imagen mucho más exportable ahora que la de Valdano.

¿Y Jorge Alberto? Yo creo que seguirá idéntico camino al iniciado por Del Bosque y Hierro; esto es, la "no renovación de su contrato". A Florentino sólo habría una gestión que le sorprendería gratamente proviniendo del argentino, y esta no sería otra que la ampliación del contrato de Raúl antes de junio de 2004 . El presidente sabe que, puesto que las relaciones entre director general y futbolista no atraviesan precisamente por un momento dulce, está mandando a Valdano a la guerra y con escasísimas posibilidades de conquistar la colina. Pensando en 2006, quien sabe si el Real Madrid sería bicéfalo: Emilio Butragueño, a lo Franz Beckenbauer, daría la cara al máximo nivel, y Florentino Pérez gestionaría desde la sombra. Lo mismo que ahora sólo que ahorrándose el sueldo millonario de Jorge Valdano.

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