En la Historia de la civilización se considera que fue un paso de gigante el pasar de una escritura ideográfica a otra alfabética. La primera necesitaba miles de signos diferentes. En cambio, con solo las veintitantas letras del alfabeto se podía escribir cualquier texto. Pues bien, después de algunos milenios de la civilización del alfabeto, vuelve la escritura ideográfica, la de los signos. Así se escriben las instrucciones de los artefactos que requieren apretar botones.
Una curiosa evolución es la de la nueva ortografía de los mensajes del telefonillo. No hay acentos, ni la h, ni muchas vocales. Se introducen abreviaturas tan divertidas como TBL (te veo luego), TQK (te quiero, cariño), LAP (lo antes posible) o cbt (cobertura). El correo electrónico es simplemente el E-M, que se puede leer también como “emilio”.
La escritura ideográfica se reinventa con el uso convencional de algunos signos ortográficos. Por ejemplo:
(*_*) = estoy enamorado
:-))) = estoy muy contento
:-( = estoy triste
F […] = un fuerte abrazo
:- ! = he metido la pata
: **** = muchos besos
:-$ = te apuesto a que no
Lo malo es que todos estos desarrollos lingüísticos se empiezan a introducir en los exámenes de los alumnos.
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