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Ignacio Villa

Telebasura pura y dura

La nueva entrega que estamos sufriendo todos los ciudadanos de la comisión de investigación de la Asamblea de Madrid, sobre la "huida" de Tamayo y Saez, vuelve a ser un lamentable ejercicio de un irreparable daño a la clase política madrileña. Cada día que pasa es más evidente que todo este escándalo del parlamento regional de la Comunidad de Madrid esta deteriorando de forma grave –y ya veremos si irreparable– la imagen de los políticos. Y lo hace en una Comunidad, la madrileña, muy importante a la hora de determinar los mapas electorales nacionales. Una nueva jornada de la comisión de investigación, que además de reportar índices de audiencia inesperados para Telemadrid en pleno mes de julio, se esta convirtiendo en un programa más de esta telebasura que nos inunda, como la salida más desesperada de los programadores televisivos para mantener audiencias que sostengan sus propios puestos de trabajo. Desde luego, analizando las tablas de audiencias, la televisión del señor Gallardón está salvando dignamente un mes siempre complicado; pero si nos tenemos que fijar en los contenidos, la comisión de investigación de la Asamblea es telebasura pura y dura, con una paupérrima y deteriorada clase política que dice estar al servicio de los ciudadanos.

Con este panorama público y con las reiteradas declaraciones de Cristina Alberdi, la voz de la conciencia de muchos socialistas, en la propia calle Ferraz se empieza a reconocer en voz baja el error de estrategia a la hora de afrontar la crisis de Madrid. Muchas promesas y anuncios de pruebas y de tramas, de conspiraciones y de maldades del Partido Popular que por el momento no han aparecido. Incluso habrá que recordar que Rodríguez Zapatero utilizó la tribuna del Debate sobre el Estado de la Nación para predicar a los cuatro vientos la posesión de pruebas irrefutables sobre la corrupción ¿irrefrenable? del Partido Popular. ¿Donde están esas pruebas? Esas pruebas no aparecen, y por lo que estamos viendo no aparecerán.

Aquí lo único cierto es que el PSOE está inmerso en una grave crisis interna, muy especialmente en la Federación Socialista Madrileña, que intentan tapar con una actitud huidiza y nerviosa; pero la realidad está ahí, clara y evidente. Lo demás son historias, historias de muy baja calaña política que sólo están sirviendo para demostrar que el camino de Zapatero hasta las elecciones generales del año próximo va a ser mucho más que tortuoso. El PSOE entró en la crisis herido y tocado por los resultados del 25 de mayo y va a salir de ella enfermo y con la urgente necesidad de una intervención interna para frenar una galopante perdida de credibilidad ante la sociedad española. Los socialistas pueden sufrir mucho en un futuro inmediato, por la deplorable gestión de una crisis que se podía haber amortiguado con humildad e inteligencia.

Pero ya es muy tarde para rectificar; lo cierto es que las jornadas habilitadas para la comisión de investigación se han convertido, sin aportaciones interesantes para los ciudadanos, en un escenario tragicómico lamentable por los protagonistas y esperpéntico por el guión. Estamos asistiendo, gracias a Telemadrid, a un espectáculo nada edificante y muy perjudicial para la clase política madrileña. Lo dicho, una comisión de investigación que, si a alguien se le ocurre prolongarla en el tiempo, puede terminar de espantar de las urnas el próximo otoño a muchos ciudadanos, que ya no se verán representados en esta colección de aficionados ramplones a la política.


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