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Encarna Jiménez

Política en su salsa

Los seguidores de “Salsa rosa”, el programa de cotilleos de Telecinco, y cualquier telespectador que se encontrara ante el televisor este último sábado –y aún pueda asistir con curiosidad de entomólogo al proceso de “tombolización” de la vida pública– se quedaría de una pieza al ver en semejante tribuna un debate en directo entre Jesús Gil y Julián Muñoz sobre la crisis abierta en el Ayuntamiento de Marbella.

Mucho se ha hablado en los últimos días de cómo Telemadrid, con la crisis “tamaya”, ha puesto sus cámaras al servicio de una verdad lamentable: la política autonómica es una burda imitación de “Gran Hermano” con pequeños retoques de guionistas de culebrón y ficción “trash”. Las interioridades de los partidos, con sus miserias y sus miserables, han quedado al descubierto, y el público las ha seguido con cinismo y curiosidad al observar que puede meter en el mismo paquete a María Teresa Sáez, Balbás, Belén Esteban, Pocholo y Karina.

Si la transmisión de unos debates políticos de ínfima categoría ha supuesto que caigamos en la cuenta de que la política-espectáculo está al nivel de “Crónicas marcianas”, el que se diriman mociones de censura en “Salsa rosa” da un paso más, llevando asuntos de índole política a los espacios dedicados al destripe del mundo del corazón. Estamos llegando al punto en el que los únicos debates políticos en directo con una considerable audiencia son los que propicia Telecinco dentro de programas de pringue rosa.

Hace tiempo que las televisiones públicas, en feliz connivencia con los partidos, eliminaron los debates políticos y ahora se encuentran con que el pueblo y las cadenas privadas están dispuestos a hacer famosa a la concejala socialista Isabel García Marcos, del Ayuntamiento de Marbella, a debatir el urbanismo municipal en “Salsa rosa” o a reírse con las actuaciones de Perry Mason de pacotilla de los diputados madrileños. Si no fuera porque los calores nos ablandan, el espectáculo de “Salsa rosa”, que continuará, sería como para tirar en un contenedor de basura televisor y voto.

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