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Daniel Rodríguez Herrera

Entre Altorricón y Zamora

Una de las protestas tradicionales entre los usuarios de Internet es la marginación de los internautas rurales, anclados a menudo por las viejas líneas TRAC de Telefónica, creadas para la telefonía tradicional, muy lentas si se emplean para la conexión a Internet. Poder emplear líneas ADSL es un sueño para muchos de estos usuarios, que viven en núcleos demasiado poco poblados y suficientemente alejados de la civilización como para que resulte rentable a cualquier operadora realizar la inversión necesaria para adaptar las centralitas.

Desgraciadamente, siempre que se habla de la sustitución del sistema, se olvida mencionar quien asumirá los costes. Porque ignoro la razón por la que aquellos que viven en el campo, con sus ventajas e inconvenientes, deben ser subvencionados por los que vivimos en la ciudad. De hecho, muchos defensores de la subvención agraria europea alegan en su defensa que sin ese dinero muchos pueblos quedarían abandonados. Como si vivir en un pueblo fuera un fin en sí mismo.

En Altorricón, provincia de Huesca, empezaron quejándose a Telefónica y exigiendo que les instalara ADSL, para lo que recogieron la espeluznante cifra de 35 firmas. Evidentemente, mucho caso no les hicieron. Al final, han tomado el toro por los cuernos y se lo han hecho todo ellos mismos. Han contratado varias líneas ADSL en un pueblo cercano y las transportan vía wi-fi al pueblo, donde los usuarios pueden conectarse por una módica cantidad mensual.

La tecnología de conexión en red sin hilos, popularizada con el nombre de wi-fi, posibilita esto y muchas cosas más. En Zamora cualquiera puede conectarse a Internet a precios muy asequibles gracias a la iniciativa privada, galardonada fuera de nuestras fronteras, de una empresa española. Dado que la ley controla los precios de la telefonía tradicional e impide una competencia real, habrá que acudir a tecnologías como ésta para conseguir los precios que los usuarios deseamos.

Daniel Rodríguez Herrera es editor de Programación en castellano.

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