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Germán Yanke

Tres hipótesis sobre Madrid

Formulemos la mejor de las hipótesis para los partidos candidatos al frustrado “Gobierno de progreso” de Madrid: tienen la gran prueba oculta, la sacarán a última hora, demostrarán en otoño que hay una trama, un triángulo de las Bermudas, que el PP es culpable de todo. Si es así, no se entiende que vayan dando tumbos, haciendo el ridículo, mostrando ante la ciudadanía procedimientos ilegales (ellos, los demócratas de toda la vida, los garantistas, los ofendidos) para marear la perdiz. Si es así, es mejor callar hasta que sus estrategas les digan que es el momento, no tiene sentido estar dando tantas bazas al adversario, mezclando en la opinión pública purgas internas, aunque se disimulen, e interminables tropezones dialécticos y lingüísticos en la comisión de investigación. Si tienen la prueba, sobra la investigación, es mejor no arriesgarse a estropearla ante tanta inutilidad.

Formulemos ahora la hipótesis más benévola para los investigadores que PSOE e IU han colocado en la comisión. No tienen la prueba pero, si todo es posible, quizá la haya, si se rebusca aquí y allá, quizá aparezca, si se repiten las preguntas quizá aparezca una contradicción, un hilo del que seguir tirando. En este caso, no se entiende por qué no siguen con el procedimiento en privado y obvian que los ciudadanos, al verlos, constaten que los progresistas de Madrid son tan inútiles, necesitan tanto tiempo para dar con algo sólido que aún no ha llegado, preparan querellas absurdas que los tribunales rechazan, se meten en berenjenales y facilitan al pregonero sus vergüenzas internas.

Formulemos, por fin, la hipótesis más verosímil. No tienen nada, no pueden demostrar nada. ¿Por qué se comportan como el tonto del pueblo, el que sigue desfilando cuando la procesión ha terminado? Quizá el tonto, lo que quiere, es no volver a casa, pero, después de hacer el ridículo, termina en casa. ¿Por qué se empeñan?

Claro que si para ser progresista hay que dejar de ser objetivo…

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