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Amando de Miguel

Modulación y desacoplamiento

No salía yo de mi asombro, y conmigo los cientos de miles de oyentes que escuchábamos perorar con entusiasmo al político encumbrado. Con qué soltura hablaba el entrevistado de la modulación y el desacoplamiento de no sé qué política. Naturalmente, el hombre no hacía ningún esfuerzo para explicarnos esos terminachos. Al revés, el secreto está en mantenerlos de esa forma ininteligible. En cuanto averiguáramos su significado, los políticos inventarían otros aún más retorcidos y misteriosos. Lo más divertido del asunto es que el político conjugaba el verbo “adecuar” con la arrastrada forma de “se adecúa”. Es así como lo dicen los barbilindos y horteras. Asombra esa capacidad que tienen los españoles cultos o cultiparlantes de imitar los errores del vulgo. Que conste que el “se adecúa” (frente al correcto “se adecua”) lo he oído yo como pieza corriente en el lenguaje universitario. Eso sí que es modulación y desacoplamiento. ¿Por qué el error reiterado del lenguaje tiene tanto atractivo? No logro explicarlo. Espero que me ilumine el comentario de esos lectores curiosos aficionados a los “emilios”. En verano hay más tiempo para el comentario.

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