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Germán Yanke

Bobadas socialistas

Lo peor del PSOE no es lo que defiende, sino la inconsistencia intelectual con que lo hace. Y no sólo porque, así, demuestra que está regido por una pandilla de incompetentes, sino porque, inconsistencia tras inconsistencia, el ciudadano se da cuenta de que le consideran imbécil. Y de este modo es difícil votarles.

La réplica más sesuda a las críticas internas sobre las propuestas de la dirección del socialismo vasco es que “están en consonancia con lo que dice el PP” (Ares, Chacón, etc.). Se parece mucho a la réplica de los idiotas porque la negativa del PSOE a la moción de censura en Marbella coincide con lo que dice el alcalde Muñoz y sus quejas sobre la inseguridad ciudadana con lo que dice la extrema derecha y algunas de sus propuestas de ayuda a la familia con lo que dicen esos partidos integristas que surgen de vez en cuando. Si la réplica a las políticas del PSOE fueran “es lo que dice Muñoz”, “es lo que defiende la extrema derecha”, “es lo mismo que dicen los integristas católicos”, tendrían derecho a pedir un poco de seriedad y una cierta atención al debate razonable. Se les puede pedir lo mismo a ellos. Rodolfo Ares, incapaz de reflexión, eterno en la dirección del partido porque siempre está ahí y obedece a sus jefes, critica a Gotzone Mora, Rosa Díez y Maite Pagazaurtundúa. ¿Tiene algún argumento? “Es lo mismo que hace la prensa nacionalista”, se le podría decir, y a lo mejor se calla asustado. Además, ya que insisten en que se oponen al Plan Ibarretxe, el PNV y demás les replican “es lo que dice el PP” y no parece que el asunto vaya así por las rutas de una cierta calidad intelectual. ¿Y en lo que coinciden con IU? ¿No les parecía subrayarlo el colmo de la desvergüenza intelectual?

La verdad es que no se puede pedir calidad intelectual a la actual dirección de los socialistas vascos, qué le vamos a hacer. El único capaz de escribir un libro (regular) es el señor Eguiguren y el único capaz de diseñar una estrategia malvada, si no se le pide que escriba un libro, es el señor Pastor. Los demás pertenecen a la insignificancia intelectual, piden documentos a nacionalistas disidentes y formulan el gran principio de su política: si se nos pide que votemos el Plan Ibarretxe tendremos que votar en contra y, claro, nos vemos obligados a presentar una alternativa. Vamos, que si se les pide que se pronuncien sobre las violaciones tendrían que votar que no y, claro, se verían obligados a presentar una alternativa. Por ejemplo, que se pegue a las mujeres pero que no se las viole. Toda la historia del socialismo, toda la literatura sobre el mismo es, en las cabecitas de los dirigentes socialistas vascos, una propuesta de esta naturaleza.

A unos les molesta que al PP le vaya bien. A otros que Nicolás Redondo obtuviera el mejor resultado de la historia de los socialistas vascos desde la muerte de Franco. A casi todos les pone enfermos que no tengan una especial consideración en Ferraz. A muchos no les gusta que se hurgue en sus familiares que viven de empresas controladas por el PNV. A algunos les parece bien que se deje de lado a los populares vascos si ellos consiguen de la consejería de Interior un escolta y de los alcaldes nacionalistas un sueldo. Si su programa es de esa naturaleza, no debe extrañar que el argumento sea que los críticos dicen lo que dice el PP. Si su argumento es de esa profundidad, no debe extrañar tampoco que no se den cuenta de que el Plan Ibarretxe no necesita alternativa como no la necesitan los golpes de Estado o las afrentas a la legalidad constitucional y democrática. Contra el Plan, no hay planecito, sino el Estado de Derecho. Aunque a lo mejor no quieren oponer la ley, la libertad, el Estado de Derecho, la Constitución, los derechos humanos, el Estatuto, etc. Para no coincidir con el PP. Vaya gente.

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