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Encarna Jiménez

Las nuevas estrellas

En la noche del sábado cabía la duda de si el debate sobre la próxima moción de censura del Ayuntamiento marbellí lo podrían seguir los telespectadores en Telecinco en el programa “Salsa rosa”, tal como adelantaron la semana pasada Julián Muñoz y Jesús Gil o si se volverían a separar las aguas de la política y el mundo rosa y la crisis de Marbella la podríamos ver en un reportaje de “Informe Semanal” en TVE. Parece que la discreción y la prudencia se han impuesto esta semana y Telecinco ha preferido tener a Karina como invitada para promocionar los discos de Gestmusic en vez de insistir en pasarse a la política. Muñoz y Gil ya habían escenificado en la Fiscalía un amago de reconciliación y le habían quitado trascendencia a sus acusaciones en “Salsa rosa” diciendo que eran fruto de un “calentón”.

Por su parte, el conductor de “Salsa rosa” hizo hincapié, para no meterse en terreno resbaladizo, que el programa era como un juego, quitándole también importancia a lo que se había dicho la semana anterior, como si todos dieran por supuesto que, aunque allí se dijeran verdades, todo era puro teatro. Sin embargo, hay algo que cualquier espectador percibe: por mucha mentira que haya en un programa de cotilleo, resulta más creíble la bronca de machos mafiosos de Gil y Muñoz en “Salsa rosa” que su prudencia verbal en la Fiscalía y el silencio posterior.

Así que, ayunos de espectáculos más excitantes, los espectadores pudimos ver en TVE un reportaje compensado y sin riesgo sobre la crisis marbellí dentro de “Informe Semanal” en el que, sin embargo, se podía comprobar que la transformación de algunos políticos en personajes con perfil de “famoso” empieza a proliferar. Es lo que ha ocurrido con Isabel García Marcos, recién expulsada del PSOE. Su afán de protagonismo le ha llevado a perder la cabeza. Se ha puesto más flaca que Belén Esteban. En lo que antaño eran labios por los que salían improperios contra su ahora colega Jesús Gil, lleva dos salchichas de colágeno del tamaño inhumano que adoptó el año pasado Melanie Griffith y, al ser entrevistada por los reporteros de TVE, hablaba de sí misma en tercera persona, como si el desdoblamiento entre su yo famoso y su función de concejala la hubiera ya sumergido en la locura alimentada por la comparecencia en tribunas como “Crónicas marcianas”.

La televisión, que ya enloquece bastante a los profesionales del medio, a algunos políticos les vuelve, literalmente, la cabeza del revés. Ya lo hemos visto con García Marcos hablando de su “pedigrí” en “Informe Semanal” como si fuera un perro de Gunilla, y lo vamos a comprobar con Nolla y otras estrellas del culebrón de la Asamblea de Madrid, que están empeñados en parecer abogados o fiscales de serie americana y van a acabar creyendo que tienen actuaciones estelares en vez de intervenciones lamentables.


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