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Encarna Jiménez

Que nadie se mueva

Aprovechando el verano, Piqué por su lado y Rajoy por el suyo, han anunciado que “la vida sigue igual” en el panorama televisivo. Rajoy ha manifestado que la doble financiación de RTVE seguirá siendo la fórmula, ya casi eterna, de nutrir una televisión pública que va cuesta abajo. Para compensar a los grupos de comunicación, Piqué deja preparado un reglamento para que Prisa y Vocento puedan compatibilizar su presencia en cadenas locales y nacionales, generalistas o temáticas.

Cada uno por su lado viene a confirmar que el Gobierno no quiere arrostrar el riesgo que supone que haya grandes movimientos en los medios de comunicación en periodo electoral. Rajoy sale al paso de la crisis que TVE viene evidenciando desde que tuvo que cambiar su equipo económico por la tensión creada entre la SEPI y la dirección del Ente. El vicepresidente ha manifestado que TVE tiene que mantener alguna diferencia en los contenidos con las televisiones privadas, ahora lanzadas a optimizar sus recursos con el considerable deterioro de la oferta del que todos los telespectadores somos testigos. Sin embargo, el argumento de la doble financiación sigue siendo el telón tras el que se oculta la indefinición de un organismo público que tiene unos cuantos programas poco rentables o de compromiso y una parrilla general en la que hay pocas diferencias con otras cadenas generalistas.

Aunque parece que el dinero no es lo que más le preocupa a TVE, es alarmante que, además de no cuadrarle los números, los informativos estén perdiendo posiciones sin prisa, pero sin pausa. Antena 3, a pesar de sus tropiezos en otros géneros, aventaja a la cadena pública muchos días y Telecinco le moja la oreja de vez en cuando. Esto ocurre hasta en verano, un periodo en el que TVE solía ser la plataforma informativa que seguían fielmente los españoles en periodo electoral.

A estas alturas de legislatura, nada se habla de procesos privatizadores en las cadenas autonómicas. A pesar de que las televisiones públicas pierden dinero a chorros, ningún partido quiere prescindir del juguete manipulador. El reglamento preparado por Piqué y las declaraciones ambiguas, pero creíbles, de Rajoy nos preparan para un otoño en el que se busca que nadie se mueva.


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