Conviene no fiarse de los mapas del tiempo. Llevan toda la vida haciendo creer al público la caterva ésa de la eterna primavera. Se empieza adornando un hexámetro con el "suave soplo de Céfiro", y se acaba nombrando ministro a José Carlos Mauricio después de las próximas Generales. Homero, que nunca estuvo en Canarias, perpetró una maldición que nos hizo afortunados y dichosos por los siglos de los siglos. Desde 1993, el PP se guía por el Instituto Nacional de Meteorología para trazar su política de Estado sobre este archipiélago español. Está convencido de que los alisios no sólo tersan la existencia de los isleños, sino que el nacionalismo que su despreocupada lejanía produce es una simpática expresión de color local, tan banal e impostado como un disco de grandes éxitos (ajenos) de Los Sabandeños. Así que las dos grandes decisiones estratégicas que el PP ha tomado sobre Canarias durante los últimos diez años han sido: entregar a Coalición Canaria (CC) las llaves de la finca y colocar a un isleño, en 2000, al frente del INM.
Tanta primavera acaba por producir bichos. Bajo la firme hamaca, progresan los escorpiones, aunque, oficialmente, se trata de una especie extraña al ecosistema local. Lo más parecido sería el monólogo interior de "Mientras agonizo": la violencia absoluta avanza por debajo de la calma total, típica de un pueblo del sur. El canal de televisión autonómica, cuyos contenidos provee el grupo Prisa al gusto del nacionalismo reptil y ranchero, interpreta el verano como un bucle de imágenes de paletos beodos cantando folías con la voz rajada y glotoneando papas arrugadas alrededor de una procesión desbocada o de una caricatura de rito fantasiosamente aborigen. Hay gente a la que Polanco le paga por hacer semiótica de guardarropía con todo este lamentable muestrario de atraso y de desesperación social. Sin salir del jardín donde se solazan las mascotas: Juan Cruz lleva años haciendo bolos con el rollo de la "metafísica insular"; que si "el hombre isla", que si "la isla madre", que si "el asma y el mar", que si "Beckett era de Tenerife", que si "Felipe González es una isla de promisión rodeada de mediocridad por todas partes"... Para llegar a esto, mejor habría sido poner la parrilla del canal autonómico en manos de "El Tigre" Azcárraga. Al menos, Televisa abjura de la pretenciosidad intelectual y no sale tan caro a los contribuyentes como el sostenimiento de una plantilla de pedantes con ínfulas de genio poético e infalibilidad moral.
Debajo, o detrás, de la playa (fuera de plano, en cualquier caso) está la realidad.
El último dato de desempleo ha situado a Canarias como la segunda región en tasa de paro (cerca del 12%), sólo superada por Extremadura. La productividad laboral es la más baja del país. La intensa acumulación de capital (más de un billón de antiguas pesetas) gracias a generosos privilegios fiscales y ayudas de Estado concedidos por Bruselas, y no supervisados como es debido, permanece embolsada y presiona por una reforma legal que permita canalizarla al seguro refugio de la especulación inmobiliaria o hacia el exterior. Según la Comisión Europea, el 68 por ciento de la población activa de las Islas sólo puede acreditar un nivel primario de instrucción. La inversión en I+D no llega al 0,5 por ciento del PIB, lo que sitúa a Canarias a la cola de la innovación en Europa. La presión fiscal ha aumentado un 3,3 por ciento desde 1995, más del doble que en el resto de España y de la UE, y el déficit que el Gobierno reconoce para los servicios que presta en un régimen de monopolio de hecho, como la Educación y la Sanidad, ascenderá este año a 17.000 millones de pesetas.
La producción de leyes, decretos, reglamentos y prohibiciones de todo tipo es la más intervencionista del país y ha disparado entre ciudadanos y operadores la percepción de un alto grado de prácticas de corrupción por parte de funcionarios y políticos: hay escándalos sin resolver en los tribunales, por la malversación de fondos destinados a la formación continua, la construcción de un proyecto escultórico de Chillida en la montaña de Tindaya, la adjudicación de la construcción de un dique en el Puerto de Las Palmas o la venta de unos terrenos públicos en Jinámar (Gran Canaria), que ascienden a decenas de miles de millones de pesetas. En el Parlamento autonómico se sienta Dimas Martín, el único político que, desde la Constitución de 1978, ha sido condenado dos veces por el Tribunal Supremo, por delitos como el cohecho y la malversación de fondos. Es, además, presidente del Cabildo de Lanzarote, donde gobierna con el apoyo de CC y de PP, a los que, a su vez, apoya en el Parlamento.
Por lo demás, cielos despejados y temperaturas sin cambios en Canarias, durante el fin de semana.
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