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Juan Manuel Rodríguez

Después de Iñaki Sáez, David Blaine

Lo que nos hace falta en la selección española de fútbol es un ilusionista. Sí, un David Copperfield. O un Anthony Blake, aquel que “adivinó” el gordo de la lotería de Navidad de 2002 gracias a un complejo sistema compuesto por teléfonos móviles y enano infiltrado. Lo que nos hace falta en la selección española es un David Blaine. Cuando bajen a Blaine de la celda suspendida sobre el río Támesis en la que le han introducido ya sabremos si España se ha clasificado para el Europeo de Portugal-2004. Blaine pertenece a esa clase de “ilusionistas-masoquistas” con ganas de lío y que permiten que les entierren bajo tierra o que les maten de hambre y de sed por una página en el libro Guinness de los récord. Ese es el que nosotros necesitaríamos como seleccionador nacional, un ilusionista “full time”. Pero Villar no quiere extranjeros.

Y no es que los españoles no tengamos ilusión con nuestras selecciones nacionales, no. Por ejemplo: no ha hecho más que empezar el Europeo de baloncesto y ya lo hemos ganado. Ya tenemos el título. Ni Rusia ni Italia ni Francia ni Bosnia... ¡España!... Para nuestra desgracia, luego siempre nos pegamos el batacazo y para eso (para evitar el batacazo) es para lo que necesitamos un ilusionista. Por ejemplo David Blaine. El Europeo de fútbol ya lo habíamos ganado antes de clasificarnos y ahora resulta que dependemos del Armenia-Grecia. Y es un escándalo. Y los periodistas nos rasgamos las vestiduras. Y los aficionados piden dimisiones. Pero... ¿Cuándo narices hemos hecho nosotros nada en un Campeonato de Europa de selecciones?... En España-64 y en Francia-84. Se acabó. Para de contar. Lo demás son milongas. Y para sostener una milonga durante 365 días al año, ¿qué mejor que un ilusionista? Ese tal David Blaine, por ejemplo.

Lo más gracioso de todo es que Iñaki Sáez dice el otro día que “se la trae floja” que le cesen y se monta la mundial. Editoriales, cartas al director... Todo el mundo está indignado en un país en el que los periodistas deportivos hemos soportado que Clemente nos enseñara el trasero o que Camacho nos soltara sermones cada dos por tres. O que Luis, que no ha sido aún seleccionador, fuera por ahí pidiendo el carné de periodista. Yo no crucificaré a Iñaki Sáez por un desliz. Ni tampoco porque el equipo nacional no obtenga la clasificación para Portugal-2004, aunque, como soy español, todavía creo en los milagros... Hombre Blaine, tú por aquí.

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