Dentro del torrente hagiógrafo de ese pésimo gobernante que fue Salvador Allende, la famosa escritora Isabel Allende lamentó el “materialismo y consumismo”, y aseguró: “vamos por un camino equivocado, de individualismo y consumo desenfrenado”. Doña Isabel, es usted la escritora en lengua española que más libros vende: ¿se trata también de una muestra de consumo equivocado?
Los tópicos de los intervencionistas finalmente se reducen a que lo que de verdad odian es la libertad de la gente a la hora de elegir; la acusan de mentecata y ansían que finalmente sea el poder político el que determine cuándo el consumo es bueno y cuando es desenfrenado.
Otra norma es la patraña según la cual cuando no gobierna la izquierda todo es espantoso. Es sintomático que en España la izquierda se queje ahora de “retrocesos democráticos”. La viuda de Allende también se quejó por “el predominio de una cultura individualista, competitiva e insolidaria”, algo que sólo se debe al capitalismo y a la ausencia de comunistas en el poder. Dijo doña Hortensia Bussi: “la democracia chilena está coja”. No, señora, cuando estaba coja era en los tiempos de su marido, que contribuyó decisivamente a cargársela, entre otras cosas con una política económica que daría para cien columnas.
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