Unos vándalos entraron el otro día en Mestalla y prendieron fuego al banquillo del equipo visitante. Resulta que el próximo equipo en visitar al Valencia es el Real Madrid, club que tradicionalmente tiene muchos problemas en ese campo. Yo creo que uno y otro hecho (el incidente del banquillo y la visita del Real Madrid) están relacionados entre sí. ¿Cómo funciona la cabeza de un loco? ¿Cómo funciona la mente de un trastornado capaz de irse a un estadio para prender fuego un banquillo? Es difícil saberlo aunque tampoco tengo muchas dudas sobre que ese acto violento encierre en sí mismo un perverso y criminal mensaje: "tened mucho cuidado porque entráis en territorio comanche".
Según mis informaciones, el Real Madrid Club de Fútbol, tras conocer la existencia de ese acto violento, no ha pedido ninguna medida excepcional a la Delegación del Gobierno. El partido ha sido declarado de "alto riesgo" como, por otro lado, ocurre siempre con todos los Valencia-Real Madrid. Por tanto, las informaciones que han surgido sobre que el Real Madrid solicitó al Valencia "medidas excepcionales" son falsas. De cualquier forma, ¿sería tan extraño que, en vista de lo ocurrido el otro día, la Delegación del Gobierno cerrara el trayecto que va desde el hotel que ocupará el Real Madrid hasta el estadio de Mestalla? Son ochocientos metros. A mí no me parecería tan raro.
Me quedo atónito al oír a Jaime Ortí en "El Tirachinas" de la Cadena Cope. El presidente del Valencia es de esos directivos que diferencian entre "prensa de Madrid" y "prensa del resto de España", de forma que si tiene ocasión de leer este artículo atribuirá mi sorpresa ante sus declaraciones al hecho de que yo haya nacido y viva en Madrid, pero creo que sus declaraciones preocuparán igualmente a un colega de Bilbao, Tenerife o Ciudad Real. Y, por supuesto, a uno de Valencia. En lugar de extraer conclusiones lógicas sobre lo que aconteció el otro día, Ortí sólo advierte que el Real Madrid ha solicitado un "estado de sitio". Como si de un calamar se tratara, Ortí dice que "la afición del Valencia tuvo un comportamiento ejemplar en la final de la Champions League de 2000". Pero, ¿qué tiene que ver la afición del Valencia con siete chalados violentos? El único que generaliza es el propio Ortí, metiendo en el mismo saco a justos y pecadores. Sin embargo, la misión del consejo de administración es la de proteger de los violentos a todos los jugadores y aficionados que vayan a Mestalla, incluidos naturalmente sus propios futbolistas y seguidores.
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