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Juan Carlos Hidalgo

Vuelven los socialistas.com

En la reciente reunión ministerial de la Organización Mundial del Comercio, en Cancún, se repitió una vez más el fenómeno de las protestas anti-globalización. Ese movimiento, que tuvo su clímax en las calles de Seattle en 1999 y da muestras de decadencia, nos revela un extraño tipo de resentido social, hijos acomodados del sistema que pretenden destruir: los socialistas.com.

El apodo refleja claramente lo que son: jóvenes bien alimentados y con mucho tiempo disponible que gritan epítetos contra el capitalismo y la globalización, mientras organizan sus protestas en páginas web, con correo electrónico y teléfonos celulares. Viajan en aviones y oyen discos compactos de bandas como Rage Against the Machine, grupos anticapitalistas que se promocionan en la televisora juvenil MTV.

Y aún más extraño es que todos sus odios se manifiestan contra lo que llaman “el poder corporativo”, pero pocas veces atacan al poder político y sus excesos. Pareciera que para ellos Hitler, Stalin, Mao y Pol Pot son excepciones de abusos estatales. Inclusive, muchos afirman admirar a Fidel Castro, mientras claman por la “democratización” de la globalización.

El año pasado tuve la oportunidad de charlar con algunos socialistas.com durante una protesta contra el FMI y el Banco Mundial en Washington. Aunque esas instituciones no tienen nada de capitalistas, sino que más bien le dan al libre mercado un mal nombre, los manifestantes no reparaban en atacar al sistema económico que ha generado la mayor prosperidad jamás experimentada en la historia humana. Y nada los detiene, ni siquiera sus contradicciones.

Una de las manifestantes me afirmó estar en contra del embargo comercial de Estados Unidos a Cuba, pero criticaba igualmente el Area de Libre Comercio de las Américas. No entendía que el embargo impide, precisamente, el libre comercio entre EEUU y Cuba. Quise demostrarle su absurdo, pero la conversación se vio interrumpida por una llamada en su teléfono celular.

Yo defiendo el capitalismo por ser el sistema económico innato a la naturaleza humana. No es perfecto ni divino, pero ha comprobado generar enormes beneficios para todos aquellos que lo practican. La señora que vende helados caseros, el hombre que arregla bicicletas y el joven que le pasa en computadora los trabajos a los compañeros de colegio a cambio de dinero, son todos practicantes del capitalismo.

Los “cerdos capitalistas” difamados por los socialistas.com dan trabajo a cientos de millones de personas alrededor del mundo, nos brindan productos baratos y de calidad que mejoran cada vez más nuestra calidad de vida. ¿Qué harían esos revolucionarios sin un Bill Gates y su Windows? ¿O sin los productos de Nokia y Motorola que les permiten organizar sus protestas?

Apoyemos, más bien, el proceso globalizador que vivimos desde tiempos remotos y que se ha intensificado en las últimas décadas. Ya lo hacemos implícitamente cuando compramos discos compactos, nos comunicamos por correo electrónico, navegamos o "chateamos" en Internet y vemos televisión.

Dejemos que los socialistas.com sigan contradiciéndose a diario al atacar al sistema que les ha facilitado la vida y les permite trasladarse a Seattle y a Cancún, algo imposible para casi todos sus abuelos. Y si piensan que estoy equivocado, seguramente utilizarán su computadora Dell y Microsoft Word para rebatirme o insultarme.

Juan Carlos Hidalgo Colaborador del Proyecto sobre la Libertad Económica Global del Cato Institute.

© AIPE

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