Menú
Carlos Semprún Maura

Los hinchas del presidente

Si no estoy totalmente convencido de que la única manera de evitar a la larga, el bastón blanco y las gafas negras sea un tratamiento que te convierte periódicamente en semi-ciego, si lo estoy, en cambio, de que el señor Mattei, ministro de Sanidad, y médico para más inri, es un siniestro farsante cuando declara que no va a tolerar, como cualquier Ceacescu, un solo fumador en Francia, cuando en realidad se trata de cubrir el abismal agujero de la Seguridad Social a base de faraónicas multas a los fumadores. Este señor tiene pinta de fumar puros en su casa, clandestinamente, y esto me hace pensar que la vieja y caricaturesca imagen del malvado capitalista, con puro, sombrero de copa y levita, se ha transformado en la realidad de los dictadores y burócratas, como Felipe González, Sadam Husein y bastantes más, fumando puros habanos, como símbolo de progresía y poder.

No haber podido leer la prensa durante unos días, y haberla desordenadamente hojeado ahora, sin cronología, ni jerarquía de valores informativos, te da la impresión de que no ha pasado nada, o mejor dicho de que la prensa no informa sobre lo que pasa, sólo hace propaganda. Tomemos el viaje del Presidente Chirac a la ONU, en Nueva York. Resultaría que fue un viaje triunfal, y que en el combate de pesos pesados contra Bush, ganó por K.O. Evidentemente, ha ocurrido todo lo contrario. Chirac fue a visitar a Bush, con espíritu “conciliador”, a fin de evitar posibles represalias. Y el Canciller Schröder estuvo más conciliador aún. Resulta que ambos tienen muchos problemas en sus respectivos países. Los dos salieron en la foto con Putin, para fingir que el “eje del mal”, ridículamente calificado por la prensa gala de “campo de la paz”, seguía existiendo, pero luego Putin pasó a negociar cosas serias (petróleo, gas, etcétera), con Bush en Camp David, y sabiendo el valor simbólico que tiene un fin de semana en esa residencia de los presidentes norteamericanos.

Hasta por televisión se vio claramente que a Putin le interesa mucho más negociar con Bush que con el infeliz de Chirac. Éste, a veces, parece darse cuenta de que Francia se está quedando muy sola, pero el clamor de sus hinchas le enturbia el juicio. Porque si durante un periodo, la oposición, como la prensa y el “pueblo de izquierdas”, parecían desconcertados al constatar que eran más chiraquianos, en cuestiones de política internacional, que los hombres del presidente, ahora han adoptado un compás de espera: siguen aplaudiendo frenéticamente, diga lo que diga, al Presidente, y reservan sus críticas al gobierno, el cual intenta, sin demasiado éxito, iniciar las reformas indispensables, si Francia quiere frenar su decadencia. O sea, que la izquierda es reaccionaria en política internacional y conservadora en política interior. Si solo se tratara de poder leer la prensa gala, lo mismo da ser ciego de nacimiento.

El incomprensible éxito mediático y político (hasta el PS le suelta piropos) de Nicolas Sarkosy, no podrá ocultar por mucho tiempo su rotundo fracaso en cuanto a seguridad. No sólo el terrorismo en Córcega se ha acrecentado, y los terroristas celebran banquetes, seminarios y juegos florales, sino que, por primera vez en su historia, la apacible ciudad de Pau ha visto un local de la policía atacado con cócteles Molotov e incendiado de cabo a rabo. Los suburbios “difíciles” lo siguen siendo, y además la inseguridad y la violencia alcanzan los más pacíficos Burgos.


En Internacional

    0
    comentarios