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Víctor Llano

Más de lo mismo

Bush insiste en un mal castellano: “El día ha llegado. Pronto Cuba será libre”. En menos de quince días el presidente estadounidense ha repetido el mismo mensaje. Lo malo es que no sabemos qué entiende él por “pronto”. Tal vez cuente con información que no conocemos y acierte en su vaticinio, pero nunca será por las medidas que ha anunciado. No ha dicho cómo facilitará la salida de los que quieren abandonar la isla, ni se ha comprometido a no devolver a Cuba a los que recogen en el mar. No puede permitirse una nueva crisis de balseros. ¿Cómo va entonces a facilitar la fuga de los que quieren escapar de Fidel Castro? Es cierto que Bush necesita el voto de Miami y que, al menos, no aflojará en su política respecto al gobierno cubano, pero Radio Martí no va a derrotar a la tiranía y los norteamericanos que lo deseen seguirán volando a La Habana bajo cualquier pretexto y desde de terceros países.

Lo que sí haría daño al régimen comunista sería impedir que le llegaran remesas de dólares desde el exilio. Sin embargo, nada se ha anunciado a este respecto. El único negocio verdaderamente rentable de la mafia comunista consiste en servirse de los más de mil millones de dólares que los que han huido envían a sus familias retenidas en Cuba. Lo del embargo es un puro cuento. Estados Unidos es el país que más alimentos vende a la isla. Castro paga al contado lo que recibe de la “potencia enemiga” mientras adeuda todo lo que le llega de Europa.

Ahora ha inventado una nueva trampa. Los 1.000 millones de dólares que le debe a Argentina se los quiere pagar en deuda pública. Y es que son muchos los que quieren poner un pie en la isla antes de que muera el coma-andante. No obstante, nadie puede saber cuándo morirá, ni si un futuro gobierno democrático asumirá los compromisos contraídos por la tiranía. Sin embargo, esto no parece preocupar mucho a los que invierten en la isla-cárcel. Parecen convencidos de que recuperarán con creces lo que le prestaron a Esteban Dido. Olvidan que los cubanos nada deben a los que financiaron la tortura. Al menos, Bush no se presta a comerciar con propiedades robadas, ni va a permitir que los empresarios estadounidenses se sirvan de una mano de obra esclava. No obstante, no ha anunciado nada nuevo. Es más de lo mismo. Sin suprimir las remesas de dólares no logrará debilitar al régimen de Castro.

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